En una audaz declaración de la Casa Blanca, el presidente Donald Trump abordó el apremiante tema del contrabando de fentanilo durante una interacción con la prensa el jueves. Culpó considerablemente a China, acusándola de utilizar a Venezuela como un centro de tránsito clave para drogas ilegales, exagerando los desafíos a la seguridad portuaria de Estados Unidos y México.

Anticipando una próxima reunión con el presidente chino Xi Jinping el 30 de octubre durante la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Busan, Corea del Sur, Trump ha indicado que la cuestión del fentanilo estará en el centro de sus discusiones. “La primera pregunta que le hago es sobre el fentanilo. Ganan 100 millones de dólares vendiendo fentanilo en nuestro país. Con un arancel del 20% pierden 100 mil millones de dólares. Así que no es una buena propuesta de negocio”.

Trump hizo estos comentarios en un contexto de crecientes tensiones entre Washington y Beijing. A raíz de sus aranceles planeados (que aumentarán a un asombroso 157% el 1 de noviembre), el presidente subrayó la insostenibilidad de este comercio para China. Reiteró que Washington permanece vigilante contra estas actividades ilegales, señalando los importantes impactos económicos de los aranceles.

Además, Trump reveló sus intenciones de buscar la aprobación del Congreso para una acción militar dirigida a las operaciones terrestres de los cárteles en Venezuela como parte de una iniciativa más amplia para acabar con el tráfico de drogas. Destacando una reciente represión federal, destacó los arrestos de casi 3.200 presuntos miembros de cárteles de la droga el mes pasado.

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En un tono divisivo, Trump comentó que “no veo ningún daño en ir, no hay razón” con respecto a una posible acción militar. Prometió ser transparente con el Congreso sobre sus estrategias para lidiar con las drogas que ingresan a Estados Unidos. “Sabes que siempre se quejan: ‘Sí, deberíamos habernos ido’. Así que por supuesto que lo haremos.”

Al subrayar su compromiso con una política más dura, Trump describió los planes para ampliar la campaña militar de su administración, que ya ha apuntado a barcos sospechosos de transportar drogas frente a las costas de Venezuela. Con una confianza casi casual, dijo: “No creo que necesariamente vayamos a pedir una declaración de guerra. Creo que vamos a matar a las personas que traen drogas a nuestro país”.

No se puede subestimar la gravedad de la crisis del fentanilo; Los datos federales indican que casi 330.000 estadounidenses han muerto en los últimos cinco años por sobredosis relacionadas con el fentanilo. Trump ha insistido en tomar medidas inmediatas como medio para eludir controles portuarios más estrictos que ahora han impulsado el flujo de drogas hacia Venezuela.

Mientras Trump se prepara para reunirse con Xi, la intersección del tráfico de drogas y el comercio internacional sigue siendo un punto central de preocupación para su administración, lo que refleja un panorama geopolítico complejo que entrelaza las crisis de salud pública internas con las agendas de política exterior.

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