El actual cierre del gobierno se acerca a una fecha límite crítica, con implicaciones significativas para varios programas, incluidas interrupciones en los pagos, programas Head Start y subsidios de atención médica hasta noviembre. En medio de estos desafíos, el Pentágono aceptó una donación anónima de 130 millones de dólares destinada a apoyar al personal militar durante esta época turbulenta.

La decisión representa un alejamiento significativo de las prácticas tradicionales de financiación militar, que normalmente dependen de asignaciones del Congreso. La donación proviene de un partidario del expresidente Donald Trump, quien recientemente destacó la contribución en declaraciones en la Casa Blanca. “Mi amigo” optó por ocultar su identidad y reveló que Trump había intervenido para brindar apoyo financiero debido al actual estancamiento presupuestario, que atribuyó a los legisladores demócratas.

En una declaración oficial, el portavoz del Pentágono, Sean Parnell, confirmó la aceptación de los fondos bajo la “autoridad general de aceptación de obsequios” del departamento. La donación está destinada específicamente a cubrir los costos relacionados con los salarios y beneficios de los miembros del servicio. Parnell agradeció al donante anónimo y dijo que era un paso necesario para garantizar que el personal militar no sufra un recorte salarial debido a las acciones de los demócratas.

Por ahora, los miembros del servicio han continuado con sus funciones desde que comenzó el cierre del gobierno el 1 de octubre. Sin embargo, al igual que otros trabajadores esenciales, no tienen salarios garantizados en este momento. Siguiendo las órdenes de Trump, el Pentágono revisó su presupuesto para garantizar que los 1,3 millones de tropas en servicio activo del país recibieran sus pagos anteriores el 15 de octubre, pero había incertidumbre con respecto a su próximo ciclo de pagos, previsto para el 31 de octubre.

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La decisión de utilizar donaciones privadas para financiar los salarios militares ha llamado la atención entre los legisladores demócratas, con preocupaciones sobre las implicaciones éticas de depender de contribuciones financieras anónimas para operaciones militares. La política del Pentágono establecida en marzo describe claramente los usos permitidos para dichas donaciones, incluido el mantenimiento de instalaciones militares y el apoyo a los miembros del servicio heridos. La política también exige la consulta con funcionarios de ética para obsequios superiores a $10,000.

El senador de Delaware Chris Coons, el principal demócrata en el Subcomité de Asignaciones de Defensa del Senado, expresó su preocupación y cuestionó el riesgo de que el personal militar sea “comprado y pagado por potencias extranjeras” a través de donaciones no reveladas. El Pentágono no aclaró cuántos pagos o ciclos de pagos cubriría la reciente donación.

A pesar de las preguntas de los periodistas, Trump se negó a revelar la identidad del donante, sugiriendo que la persona prefería permanecer en el anonimato. “Si realmente quieres saber la verdad, él realmente no quiere reconocimiento”, dijo Trump.

Mientras continúa el debate en un Congreso dividido, las implicaciones tanto del cierre como de la controvertida estrategia de financiación del Pentágono aún están por verse.

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