Cinco soldados paquistaníes y 25 militantes han muerto en recientes enfrentamientos a lo largo de la frontera entre Afganistán y Pakistán, confirmó el ejército el domingo. El incidente marcó uno de los enfrentamientos más graves de los últimos años, lo que llevó a los dos países a entablar conversaciones diplomáticas destinadas a reducir las tensiones.

La violencia estalló el viernes y sábado cuando militantes intentaron infiltrarse en territorio paquistaní desde Afganistán, particularmente en los distritos de Kurram y Waziristán del Norte, regiones de terreno accidentado a lo largo de la frontera noroeste de Pakistán. El ala de medios del ejército señaló que estos intentos de infiltración plantean dudas sobre el compromiso del gobierno afgano para abordar el terrorismo que emerge dentro de sus fronteras.

Si bien el gobierno talibán de Afganistán aún no ha respondido a las preguntas sobre los ataques, ha negado sistemáticamente las acusaciones de albergar a militantes. En cambio, insisten en que las operaciones militares de Pakistán violan la soberanía afgana.

Para intentar evitar el deterioro de las relaciones, representantes de ambos países se reúnen en Estambul. La reunión fue motivada por la urgente necesidad de poner fin a las hostilidades, luego de enfrentamientos anteriores que resultaron en importantes tiroteos y ataques aéreos en lo que se ha convertido en el conflicto transfronterizo más intenso desde que los talibanes tomaron Kabul en 2021.

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Las escaramuzas anteriores se produjeron cuando Pakistán exigió a los talibanes que tomaran medidas enérgicas contra los grupos militantes a los que acusa de operar en bases afganas. Estas tensiones culminaron con un acuerdo de alto el fuego alcanzado en Doha el domingo pasado, que el Ministro de Defensa de Pakistán, Khawaja Asif, informó como estable. Expresó confianza en el deseo de paz de Afganistán, pero advirtió que si no se logra un consenso durante las conversaciones de Estambul podría conducir a una “guerra abierta”.

El ejército de Pakistán ha clasificado a los recientes atacantes como afiliados a “Fitna al-Khwariz”, un término que, según dice, está influenciado por una ideología extremista y apoyado por patrocinadores externos. La situación es fluida y el resultado de las conversaciones en curso en Estambul afectará significativamente las relaciones futuras entre los dos países.

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