El destructor estadounidense de misiles guiados, USS Gravely, está atracado en Puerto España, Trinidad y Tobago, como parte de la intensificada campaña militar de la administración Trump contra Venezuela y su presidente Nicolás Maduro. El USS Gravely llegó el domingo y está previsto que permanezca en el país hasta el jueves para participar en ejercicios militares conjuntos con Trinidad y Tobago.
La encargada de Negocios de la Embajada de Estados Unidos, Jennifer Niedert d’Ortiz, dijo que los ejercicios tenían como objetivo “abordar amenazas compartidas como el crimen transnacional y desarrollar resiliencia a través de entrenamiento, misiones humanitarias y esfuerzos de seguridad”. La iniciativa representa una asociación estratégica entre Estados Unidos y Trinidad y Tobago en medio de crecientes tensiones en la región del Caribe.
En respuesta a los ejercicios militares, Venezuela expresó una fuerte oposición, describiendo las maniobras como una “grave amenaza” y una “provocación enemiga”. Los funcionarios venezolanos han descrito la presencia de fuerzas militares estadounidenses en el país vecino como una escalada peligrosa que podría socavar la estabilidad regional.
La Primera Ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, ha apoyado públicamente la presencia militar estadounidense en línea con la postura agresiva de la administración Trump en la lucha contra el narcotráfico desde Venezuela. Como parte de una estrategia estadounidense para combatir las operaciones de narcotráfico en el Caribe, el portaaviones USS Gerald R. Ford recibió apoyo mientras se acercaba a Venezuela.
Maduro ha criticado las medidas militares estadounidenses, describiéndolas como un intento de crear una “nueva guerra permanente” contra Venezuela. Ha hablado abiertamente sobre lo que considera una agresión estadounidense, reforzando una narrativa que presenta a su gobierno como una víctima del intervencionismo estadounidense.
La administración Trump ha intensificado las operaciones militares en el Caribe, lanzando una serie de ataques destinados a erradicar a los cárteles de la droga que se cree operan desde Venezuela. El presidente Trump acusó a Maduro de ser cómplice del narcotráfico y vinculó al gobierno venezolano con el aumento del flujo de drogas hacia Estados Unidos.
A principios de este mes, Trump autorizó operaciones encubiertas de la CIA en Venezuela, citando preocupaciones de seguridad relacionadas con el tráfico de drogas y la liberación de prisioneros en territorio estadounidense. Este acontecimiento marca un aumento significativo en la participación de Estados Unidos en la región, lo que genera temores de nuevas acciones militares e inestabilidad en un entorno ya volátil.











