En un anuncio reciente en el Air Force One, el secretario del Tesoro, Scott Bessant, reveló que está considerando cinco candidatos para suceder a Jerome Powell como presidente de la Reserva Federal. Mientras el presidente Donald Trump se dirige a Asia, Besant ha indicado que realizará una segunda ronda de entrevistas y pretende brindarle a Trump una lista sólida de candidatos poco después del Día de Acción de Gracias. El cronograma sugiere que una decisión sobre el reemplazo de Powell podría llegar a finales de año.
Entre los candidatos bajo consideración se encuentran los gobernadores de la Reserva Federal, Christopher Waller y Michelle Bowman; el exgobernador de la Reserva Federal, Kevin Warsh; el asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett; y Rick Ryder, director general senior de la firma de gestión de activos BlackRock. Una gama diversa de candidatos representa cambios potenciales a medida que la Reserva Federal se acerca a un período crítico de cambio de liderazgo.
La búsqueda de la candidatura de Besant sigue una historia de críticas vocales dirigidas a la Reserva Federal, en particular su respuesta a las condiciones económicas derivadas de la crisis financiera de 2008 hasta la pandemia. Trump se hizo eco de estos sentimientos, expresando su descontento con Powell y acusándolo de ser demasiado cauteloso al reducir las tasas de interés. Trump una vez más lanzó un ataque verbal contra Powell durante el vuelo, describiéndolo como “nada inteligente” y sugiriendo que las tasas de interés deberían reducirse aún más rápido.
La dinámica que rodea la posición de Powell es compleja. Su mandato como presidente finaliza en mayo próximo, pero tiene la opción de permanecer en el consejo de la Fed hasta enero de 2028. Este escenario podría impedir que Trump nombre otro gobernador durante varios años, limitando su influencia sobre el banco central. Sin embargo, Trump nombró recientemente a Stephen Miron para que cumpla un mandato restante, lo que sugiere que aún puede tener oportunidades para dar forma a la composición de la junta.
Hassett, quien actualmente dirige el Consejo Económico Nacional y tiene profundas lealtades a Trump, puede tener una ventaja en el proceso de selección. Warsh, ex gobernador de la Reserva Federal más joven de la historia, es una figura respetada en los círculos financieros y George W. sirvió como asesor en la administración Bush. Waller, quien fue designado por Trump, se ha ganado la reputación de ser una voz independiente que aboga por recortes de tasas en medio de los recientes debates sobre política monetaria.
Bowman, vicepresidente de supervisión de la Reserva Federal, ejerce una importante autoridad regulatoria como principal regulador bancario del país. Su experiencia previa como comisionada del Banco Estatal de Kansas desempeñará un papel en su candidatura. Ryder, que aporta una importante experiencia en los mercados financieros, supervisa una amplia cartera de activos de renta fija en BlackRock.
Las críticas de Besant subrayaron la necesidad de que la Reserva Federal reconsidere sus políticas actuales, en particular su enfoque hacia las medidas monetarias no convencionales. Destacó que la organización debería apuntar a reducir sus manipulaciones del mercado y realizar una revisión exhaustiva de sus operaciones. Estos temas controvertidos han cobrado fuerza a la luz de las recientes tendencias inflacionarias, lo que aumenta los riesgos en torno a la próxima contratación.
El enfoque de la administración Trump hacia la Reserva Federal ha generado preocupación entre algunos expertos sobre los peligros de nombrar personas demasiado alineadas con motivaciones políticas. Los críticos, incluido el historiador de la Reserva Federal, Peter Conti-Brown, han advertido contra la selección de “leales” que socavan la independencia de la Reserva Federal, destacando la importancia de mantener una perspectiva imparcial entre los dirigentes del banco.
A medida que se intensifica la búsqueda del próximo presidente de la Reserva Federal en medio de crecientes presiones económicas, las implicaciones de estas elecciones tendrán efectos duraderos en la política monetaria y la estabilidad financiera de Estados Unidos.












