Según informes de la Agencia Nacional de Desastres, una persona murió trágicamente cuando el tifón Kalmaagi tocó tierra en el centro de Filipinas el martes. El tifón, conocido localmente como Tino, desató lluvias torrenciales, fuertes vientos y fuertes marejadas, lo que obligó a decenas de miles de residentes a evacuar sus hogares.
La tormenta tenía vientos máximos sostenidos de 150 kilómetros por hora (km/h) y ráfagas de 205 km/h. Se espera que cruce la región de las Islas Visayas antes de avanzar sobre el Mar Meridional de China el miércoles. Las zonas de Visayas, así como partes del sur de Luzón y el norte de Mindanao, experimentaron evacuaciones generalizadas debido a las severas condiciones climáticas.
Un vídeo compartido en la página de Facebook de DZRH Radio capturó las horribles escenas en la ciudad de Talisay, donde las casas quedaron completamente sumergidas en las inundaciones, dejando solo los techos visibles. Imágenes adicionales de la ciudad de Cebú mostraron calles y vehículos inundados, lo que refleja el impacto generalizado de la tormenta.
La Administración de Servicios Atmosféricos, Geofísicos y Astronómicos de Filipinas (PAGASA) indicó que los efectos cada vez más intensos de Kalmegi se vieron intensificados por una línea de cizalladura, que contribuyó a fuertes lluvias y vientos en muchas zonas. El tifón puede debilitarse levemente a medida que interactúa con la tierra de Visayas, pero PAGASA espera que mantenga la intensidad del nivel de tifón a su paso por el país.
Como medida de seguridad, se cancelaron más de 160 vuelos hacia y desde las zonas afectadas, y los funcionarios de seguridad marítima instaron a los barcos en el mar a trasladarse inmediatamente al puerto seguro más cercano. PAGASA advierte que es posible que se produzcan marejadas ciclónicas de más de tres metros en las zonas costeras y del interior del centro de Filipinas, incluidas partes de Mindanao.
La llegada de Kalmegi es particularmente desafiante para Filipinas, que ya está luchando con las consecuencias de desastres recientes, incluidos terremotos y otros fenómenos climáticos extremos. El mes pasado, el súper tifón Ragasa azotó el norte de Luzón y provocó la suspensión del trabajo y las clases del gobierno debido a sus feroces vientos y lluvias torrenciales. Los efectos acumulativos de estos desastres naturales han generado preocupación sobre los esfuerzos de preparación y recuperación en todo el país.











