En Japón, un aumento alarmante de los ataques de osos ha generado una considerable preocupación entre los residentes, especialmente en las regiones del norte. Desde abril, más de 100 personas han resultado heridas y, trágicamente, al menos 13 han perdido la vida debido a encuentros con osos. El aumento de incidentes relacionados con osos es el mayor registrado en un año desde que Japón comenzó a rastrear dichos datos en 2006.

La situación escaló hasta el punto en que el ejército japonés fue desplegado en el norte de la prefectura de Akita. Los soldados están ayudando a los cazadores locales y poniendo trampas en un esfuerzo por controlar la población de osos. El Ministerio de Defensa formalizó la iniciativa firmando un acuerdo que permite a las tropas ayudar a deshacerse de cajas trampa llenas de comida, transportar cazadores y osos muertos. El gobernador de Akita, Kenta Suzuki, ha expresado su frustración con los funcionarios locales por la escasez de personal en un momento en que los ataques de osos van en aumento.

Se ha observado a los osos invadiendo zonas pobladas, deambulando por supermercados e incluso acercándose a escuelas y estaciones de tren. Los informes diarios sobre avistamientos y ataques de osos ponen a las comunidades en vilo, lo que hace que muchos residentes abandonen actividades al aire libre como acampar y hacer picnic. Incidentes recientes han puesto de relieve la horrible realidad de un ataque a un supermercado en el que los compradores resultaron heridos y un niño arañó a un turista.

El objetivo principal del despliegue militar es estabilizar la vida diaria de los residentes, aunque las Fuerzas de Autodefensa tienen la capacidad de responder a los problemas de vida silvestre debido a su mandato principal de defensa nacional. En Akita, se han reportado más de 50 ataques de osos desde mayo, lo que provocó cuatro muertes en la prefectura, que tiene una población de alrededor de 880.000 habitantes. Estadísticas alarmantes muestran que casi el 70% de estos ataques tuvieron lugar en zonas residenciales.

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Según la ley japonesa, el personal militar no puede matar osos; Esta responsabilidad recae en los cazadores autorizados y en las asociaciones de caza locales, cuyo número está disminuyendo debido al envejecimiento de la población. El ministro de Defensa, Shinjiro Koizumi, reconoció la necesidad de una intervención gubernamental en respuesta a las solicitudes de las autoridades locales y expresó su preocupación por el agotamiento de los equipos locales de control de la vida silvestre.

En un esfuerzo por resolver la crisis actual, las autoridades han autorizado a la policía antidisturbios a atacar y disparar a los osos en situaciones en las que los cazadores no puedan responder con la suficiente rapidez. Además, el gobierno inició la formación de un grupo de trabajo especial con planes de formular una estrategia integral de respuesta a los osos para mediados de noviembre. La estrategia puede incluir estudios de población, métodos de comunicación mejorados para alertas de advertencia de osos y enmiendas a las regulaciones de caza existentes. También se están considerando soluciones innovadoras, como sistemas de alerta basados ​​en drones y cámaras de vigilancia equipadas con inteligencia artificial, para abordar aún más el creciente problema de los osos.

A medida que la situación empeora, la urgencia de tomar medidas efectivas es apremiante mientras las comunidades locales esperan una solución oportuna al aumento de encuentros con osos que han perturbado sus vidas.

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