Holly, una experta operadora de cámara, equipó la cabina del conductor con varias cámaras GoPro para capturar una experiencia única con vistas únicas. El vehículo estaba en una línea cerrada, con solo un pasajero a bordo mientras el resto del grupo navegaba por los estrechos espacios de la cabina del tranvía.
“¡Este es un momento perfecto en la lista de deseos!” Ella estaba sorprendida, una mezcla de emoción y nervios evidente en su voz. Cheryl le ofrece una rápida pero completa introducción a la conducción de tranvías, quien la guía a través de las etapas iniciales de operación de la pesada máquina de 39,7 toneladas. Ella compara la experiencia de regresar a la escuela de manejo con estar llena de adrenalina y anticipación.
Cheryl explica que el tranvía puede alcanzar velocidades de hasta 50 millas por hora, pero su configuración actual impone un importante estándar de seguridad, limitándolos a solo el 10% de la velocidad máxima. Este enfoque cauteloso es especialmente prudente dado el entorno controlado y la ausencia de otros tranvías.
Desde lejos no se pueden ver los intrincados detalles del arranque del tranvía ni los numerosos botones de colores del panel de control. Sin embargo, Ella parece tener una aptitud natural para conducir el vehículo mientras navega por el entorno con sorprendente facilidad.
Cheryl se toma un momento para aclarar que “en realidad, es mucho más corto que el tiempo que uno aprende a manejar un automóvil por primera vez”. Sin embargo, subraya que los verdaderos operadores de tranvías reciben una formación exhaustiva y pasan semanas en un aula antes de tocar las teclas de un tranvía. Esta amplia preparación garantiza que estén completamente equipados para afrontar los desafíos de operar una máquina tan grande y compleja.
A medida que se desarrolla la experiencia, la mezcla de emoción y gravedad de la situación es palpable, creando recuerdos mucho después de que termina el día.












