Donald Trump hizo un sorprendente anuncio el lunes, expresando su voluntad de considerar una acción militar en México para combatir el desenfrenado tráfico de drogas que, según él, ha devastado comunidades en Estados Unidos. En declaraciones a los periodistas en la Casa Blanca, Trump enfatizó la noción de que las medidas extraordinarias están justificadas en la lucha contra las drogas y dijo: “Cualquier cosa que hagamos para detener las drogas es suficiente para mí”.

Cuando se le preguntó directamente sobre su disposición a autorizar una operación antidrogas estadounidense en suelo mexicano, Trump respondió afirmativamente. Expresando su creencia de que tales medidas desempeñan un papel vital para salvar vidas, dijo que estaría “orgulloso” de emprender operaciones militares si efectivamente detienen el flujo de sustancias ilegales hacia Estados Unidos.

Trump ha dejado claro que no hará ningún anuncio oficial sobre intenciones militares inmediatas, a pesar de su voluntad de actuar. Señaló sus conversaciones en curso con funcionarios mexicanos, indicando que están conscientes de su postura sobre el tema. Sin embargo, cuando se le preguntó si necesitaría el consentimiento de México antes de cualquier posible acción, evitó dar una respuesta directa, lo que indica un nivel de ambigüedad en sus planes.

En una declaración reforzando las capacidades estadounidenses, Trump señaló que los funcionarios estadounidenses habían monitoreado de cerca las operaciones del cartel y agregó: “Hemos detenido las vías fluviales, pero conocemos todas las rutas”. Afirmó que Estados Unidos tiene un conocimiento detallado de los líderes de los cárteles, sus redes y ubicaciones, y que la lucha contra el narcotráfico equivale a una guerra contra quienes dañan a los ciudadanos estadounidenses.

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Las conversaciones sobre un compromiso militar se producen en medio de informes que sugieren que la administración está considerando una nueva estrategia que implica el despliegue de tropas y unidades de inteligencia estadounidenses para atacar a los líderes de los cárteles. Sin embargo, la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum ha mantenido una postura firme contra cualquier acción militar extranjera, enfatizando que tal actividad no se llevaría a cabo sin el consentimiento de su gobierno.

A medida que se desarrollan las conversaciones, las implicaciones de los comentarios de Trump sobre las relaciones entre Estados Unidos y México y la cooperación transfronteriza para abordar la crisis de las drogas siguen siendo inciertas, y muchos reflexionan sobre las posibles ramificaciones de cualquier participación militar en México.

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