El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha sido puesto bajo custodia de la policía federal en medio de intensas tensiones en torno a su arresto domiciliario. La medida fue motivada por una reunión ilegal de sus seguidores frente a su residencia, lo que generó preocupación sobre la integridad de las condiciones de su arresto domiciliario. El abogado de Bolsonaro, Celso Vilardi, confirmó la detención, lo que llevó a que Bolsonaro fuera sometido a pruebas de admisión por parte de la policía federal en Brasilia.

La decisión de detener a Bolsonaro provino del juez de la Corte Suprema Alexandre de Moraes, quien dijo que la comunidad de seguidores representaba un riesgo significativo para sus precauciones de arresto domiciliario. En su sentencia, el juez Moraes señaló el potencial de caos causado por la reunión, diciendo: “Existe una gran posibilidad de que el caos causado por la reunión ilegal de los partidarios del detenido ponga en peligro el arresto domiciliario y otras medidas cautelares, permitiendo así su eventual fuga”.

Las batallas legales de Bolsonaro siguen a su condena más reciente en septiembre por planear un golpe de estado después de perder las elecciones presidenciales de 2022 ante Luiz Inácio Lula da Silva. Desde entonces, ha estado bajo arresto domiciliario durante más de 100 días, presuntamente en violación de medidas cautelares relacionadas con una investigación especial que supuestamente intentó solicitar la intervención de Estados Unidos para detener el proceso penal en su contra.

Según los términos de su arresto domiciliario, Bolsonaro tiene prohibido utilizar las redes sociales. Sin embargo, grandes multitudes se reunieron frente a la casa del senador Flavio Bolsonaro, su hijo, cuando éste llamó públicamente a sus seguidores a reunirse en una muestra de solidaridad. En un vídeo dirigido a sus seguidores, el senador Bolsonaro declaró: “Los invito a venir a luchar con nosotros. Con su fuerza, con la fuerza del pueblo, lucharemos y salvaremos a Brasil”.

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Dados sus problemas de salud, Bolsonaro solicitó a la Corte Suprema autorización para cumplir su larga condena bajo arresto domiciliario. En un acto de campaña en 2018, citó varios problemas de salud, incluidos los derivados de un intento de asesinato que resultó en una puñalada. Sumándose a sus desafíos, el tribunal electoral de Brasil ya prohibió a Bolsonaro postularse para un cargo público hasta 2030 debido a mala conducta pasada en su campaña de reelección.

La situación continúa evolucionando, y la elegibilidad de Bolsonaro para el arresto domiciliario y las violentas manifestaciones de sus partidarios plantean preguntas complejas sobre el panorama político del país y el estado de derecho.

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