El HMS Richmond lleva tres décadas navegando por el mundo en nombre de la Royal Navy. Cuando los británicos lo diseñaron, estaba en plena Guerra Fría y querían un asesino de submarinos para contrarrestar a Rusia.
En estos días, es tan probable que la encuentren en Medio Oriente derribando drones como navegando por las aguas heladas del Atlántico Norte.
War on Tape pretende descubrir cómo fue recibido este acorazado y por qué sigue siendo la columna vertebral de la Armada británica.
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