A partir de abril de 2028, los conductores del Reino Unido estarán sujetos a un nuevo sistema de cobro basado en el kilometraje, cuyo objetivo es compensar la pérdida de ingresos por impuestos al combustible a medida que más vehículos pasan a ser eléctricos. La innovadora medida exige que los conductores comprueben su kilometraje anualmente, normalmente coincidiendo con sus pruebas ITV o, en el caso de los coches nuevos, con el primer y segundo aniversario de matriculación de su vehículo.
La estructura de pago se integrará en el sistema de impuestos especiales sobre vehículos existente, agilizando el proceso para los automovilistas. Por ejemplo, un conductor de un vehículo eléctrico que recorra 8.500 millas en el ejercicio 2028-29 pagará alrededor de £255. Esta cantidad es la mitad de lo que pagan actualmente los propietarios de vehículos principalmente de gasolina y diésel en impuesto sobre el combustible por milla.
Para realizar un seguimiento del kilometraje, el gobierno planea confiar en los odómetros de los vehículos. Sin embargo, los funcionarios reconocen que el método genera preocupaciones sobre una posible manipulación, a menudo denominada “cronometraje”. El gobierno es consciente de que la introducción de este nuevo modelo fiscal puede animar a algunos conductores a cambiar sus lecturas de kilometraje y está explorando activamente estrategias para reducir estos riesgos.
Como parte de los preparativos, el gobierno está celebrando consultas para decidir los detalles más finos del plan. Estas discusiones ayudarán a dar forma a cómo se implementará la iniciativa de cobro basado en el kilometraje, garantizando que sea justa y eficiente y al mismo tiempo abordando posibles vulnerabilidades.












