En un fallo legal histórico, un panel de jueces del Tribunal de Apelaciones del Tercer Circuito de EE. UU. dictaminó que Alina Habba, ex abogada personal del presidente Donald Trump, no es elegible para desempeñarse como fiscal estadounidense interina de Nueva Jersey. La decisión se produjo tras un fallo anterior de un juez de primera instancia, que dijo que el nombramiento de Habba se basó en maniobras legales inusuales y que ella estaba ocupando el cargo ilegalmente.
Aunque su nombramiento interino expiró sin la confirmación del Senado, el tribunal de apelaciones expresó su consternación por los esfuerzos de la actual administración por retener el puesto de Habba. La opinión de 32 páginas del tribunal enfatizó la necesidad de claridad y coherencia en la oficina del fiscal federal en Nueva Jersey, citando los desafíos que ha enfrentado la administración al colocar a candidatos preferidos en roles clave. El panel finalmente confirmó la descalificación del tribunal inferior y acordó que no había ningún mérito legal para la continuación del servicio de Habba.
Tras el fallo, Hubba emitió un comunicado destacando su intención de defender no sólo a sí mismo, sino también a otros candidatos a fiscales federales que tal vez no hayan tenido la oportunidad de asistir a las audiencias del Senado. La situación se produce en medio de obstáculos legales que han enfrentado los nombramientos de la era Trump, incluidos desafíos a la legitimidad de ciertos fiscales.
El panel está formado por tres jueces, dos nominados por el presidente republicano George W. Bush y el presidente demócrata Barack Obama. Las implicaciones del fallo para los procesamientos en curso siguen sin estar claras, aunque los expertos legales enfatizan que podría tener un impacto significativo en las operaciones de la Fiscalía Federal, que desempeña un papel clave en la aplicación de las leyes penales y civiles federales.
Anteriormente, el juez del tribunal inferior Matthew Braun destacó las irregularidades que rodearon el nombramiento de Habba y dijo que su servicio era ilegal. El fallo sugiere que sus acciones desde julio pueden considerarse inválidas, aunque cualquier ejecución de la orden está pendiente de apelación.
El Departamento de Justicia defendió la posición de Habba, citando una ley federal que permite un abogado asistente si el fiscal estadounidense no está certificado. Sin embargo, su mandato ha enfrentado importantes desafíos legales, y Nueva Jersey desafió su autoridad para procesar a personas condenadas por delitos federales una vez finalizado su mandato interino.
Hubba, quien anteriormente se desempeñó como abogada de Trump, apareció en los titulares con comentarios políticos sobre volver “roja” a Nueva Jersey, algo inusual para alguien en su puesto de fiscal. Ha estado involucrada en casos notables, incluidas acusaciones de que el alcalde demócrata de Newark, Ross Baraka, visitó un centro de detención de inmigrantes y de agresión a la representante demócrata de Estados Unidos, LaMonica McIver, en relación con un incidente en el centro.
Además del caso de Hubba, otros nombramientos de fiscales de la era Trump han enfrentado escrutinio, incluido uno contra el exdirector del FBI James Comey y la fiscal general de Nueva York, Letitia James, en el que se desestimaron casos penales por impugnaciones similares a la legalidad del nombramiento.
Los acontecimientos en Nueva Jersey sirven como un microcosmos de cuestiones más amplias relacionadas con el poder y el nombramiento de fiscales federales durante tiempos políticos conflictivos, lo que plantea importantes cuestiones sobre el equilibrio de poder en la aplicación de la ley federal y la integridad de la Fiscalía Federal.












