Se está intensificando la presión por parte de funcionarios israelíes y estadounidenses para instar al ejército libanés a acelerar el desarme de Hezbollah, después de que el jefe del ejército libanés cancelara una visita planificada a Washington. Se suponía que el viaje se produciría después de que una serie de reuniones clave con funcionarios estadounidenses fueran canceladas abruptamente, lo que generó preocupación sobre el clima diplomático que rodeaba los acontecimientos.
En noviembre, un alto el fuego mediado por Estados Unidos tenía como objetivo poner fin a las hostilidades de larga data entre Israel y Hezbolá. A raíz del acuerdo, el ejército libanés ha aumentado significativamente su presencia militar a lo largo de la frontera sur, y ahora cuenta con unos 9.000 soldados cerca del río Litani. Según un cronograma aprobado por el gobierno, el ejército debe desmantelar la infraestructura militar de Hezbolá al sur del río antes de fin de año, con planes adicionales para contrarrestar la influencia de Hezbolá en el resto del Líbano.
Sin embargo, existe incertidumbre sobre la viabilidad de este cronograma. Un oficial militar, que solicitó el anonimato, expresó dudas sobre la capacidad del ejército para cumplir con estas expectativas, especialmente en medio de la creciente presión tanto de Estados Unidos como de Israel. El funcionario advirtió que tales presiones podrían desencadenar un aumento de los ataques aéreos israelíes y criticó la idea de un desarme integral en todo el Líbano como poco realista, con esfuerzos actualmente centrados en registros sistemáticos de viviendas en busca de armas o túneles.
Las operaciones militares israelíes a lo largo de la frontera libanesa siguen siendo constantes, con continuas acusaciones contra Hezbollah sobre la reconstrucción de sus capacidades militares. Ha justificado ataques regulares contra territorio israelí, citando amenazas de Hezbollah como justificación de sus acciones.
Con un ejército de alrededor de 80.000 efectivos, las Fuerzas Armadas Libanesas dependen en gran medida del apoyo de Estados Unidos y desempeñan un papel clave en el mantenimiento de la estabilidad en un país que actualmente enfrenta graves desafíos económicos. La cancelación de un viaje a Washington por parte del jefe del ejército, Rodolphe Haeckel, representa un revés diplomático, especialmente tras los comentarios críticos del influyente senador republicano Lindsey Graham. Expresó su consternación por los inútiles esfuerzos del ejército libanés por desarmar a Hezbollah, alimentados aún más por la declaración del ejército refiriéndose a Israel como el “enemigo”, un término profundamente arraigado en la narrativa histórica del Líbano desde que comenzaron las hostilidades en 1948.
En este tenso telón de fondo, la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL) ha informado de numerosas violaciones del espacio aéreo libanés por parte de las fuerzas israelíes desde el alto el fuego, incluido un historial de presuntos ataques contra sus fuerzas de paz. Un comité de seguimiento compuesto por Estados Unidos, Francia, Líbano, Israel y la FPNUL supervisará el alto el fuego, y el ejército libanés trabajará con recursos limitados para alterar las capacidades operativas de Hezbolá.
Las bajas sufridas por el ejército libanés ponen de relieve el carácter peligroso de estas operaciones de desarme. Un funcionario lamentó que se espera que las fuerzas libanesas alcancen objetivos que el ejército israelí ha luchado por lograr en enfrentamientos pasados, todo en el contexto de una mayor disidencia civil.
Aunque Hezbollah afirma respetar el alto el fuego, el grupo continúa defendiendo su arsenal, subrayando su compromiso continuo con la resistencia contra Israel, que tiene sus raíces en sus inicios durante la invasión israelí de 1982. Los funcionarios israelíes insisten en que Hezbolá está acumulando capacidades militares, lo que genera un creciente escepticismo entre fuentes occidentales respecto de la posibilidad de desarme. Esta situación genera advertencias sobre una posible escalada de las acciones israelíes en respuesta a cualquier amenaza de realineamiento de Hezbollah.












