Sábado, 29 de noviembre de 2025 – 00:33 WIB
Jacarta – El Proyecto de Ley de Ajustes Penales (RUU) se está discutiendo actualmente en la Comisión III de la RPD RI y ha dado lugar a un debate público.
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Por un lado, el gobierno y la mayoría de la RPD ven el proyecto de ley como una “coordinación técnica urgente” para alinear 140 leyes sectoriales y miles de regulaciones regionales con el nuevo Código Penal, que entrará en vigor el 2 de enero de 2026.
Sin embargo, por otro lado, muchas organizaciones de la sociedad civil como ICJR, Contras e YLBHI han ofrecido críticas junto con académicos.
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Predicen que unas negociaciones rápidas tienen el potencial de reducir la disuasión de delitos graves. La abolición de las penas mínimas y la conversión de las penas de prisión en multas ha generado preocupación de que pueda dar lugar a decisiones incoherentes y a un abuso de la discreción judicial.
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En medio de estos puntos de vista contradictorios, el experto jurídico Henry Indraguna ofrece una perspectiva más amplia y profunda. Considera que el proyecto de ley no es sólo un trabajo técnico, sino una reorientación filosófica hacia un sistema de justicia penal indonesio firmemente arraigado en los valores panchasila y la visión constitucional de un Estado de bienestar.
“El derecho penal ya no debería ser una herramienta gubernamental para encarcelar a los pobres debido a la pobreza estructural. Eliminar la detención a corto plazo, la conversión a penas basadas en categorías y la eliminación de sentencias mínimas para delitos menores es una forma de emancipación para las comunidades marginadas del legado colonial opresivo”, dijo Henry en su declaración del 2 de noviembre de 2020.
Dijo que los casos menores son los principales responsables del hacinamiento en las cárceles, que actualmente cuentan con más de 2 millones 70 mil reclusos.
Este hecho, afirmó Henry, es un reflejo del fracaso del sistema de justicia retributivo, que aún deja huellas del colonialismo y la lógica capitalista.
A través de este proyecto de ley, el Estado puede desviar recursos de los mecanismos represivos hacia la educación, la salud y la generación de empleo, según lo dispuesto en los artículos 33 y 34 de la Constitución de 1945.
“La encarnación del Estado de bienestar es empobrecer las cárceles y enriquecer a la humanidad”, afirmó.
También destacó el fortalecimiento de la justicia restaurativa y la existencia de la pena de muerte condicional con un período de prueba de 10 años como expresión de la solidaridad social de la nación indonesia.
“Darle a alguien una segunda oportunidad de seguir siendo productivo y útil para la sociedad es la esencia de la justicia humana”, explicó.
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