En una importante escalada de las operaciones militares estadounidenses en el Pacífico Oriental, el ejército estadounidense ha realizado redadas en cuatro embarcaciones involucradas en el tráfico de drogas. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, confirmó en la plataforma de redes sociales X que las acciones provocaron 14 muertes y un superviviente.
Las redadas, llevadas a cabo en tres operaciones separadas, tuvieron como objetivo embarcaciones identificadas por la inteligencia estadounidense como que navegaban por rutas establecidas de tráfico de drogas. Hegseth explicó que ocho personas durante el primer ataque, cuatro durante el segundo y tres durante el tercero fueron catalogadas como narcoterroristas involucrados en el narcotráfico. Es importante destacar que todas las operaciones se llevaron a cabo en aguas internacionales y ningún personal estadounidense resultó herido.
Hegseth enfatizó la gravedad del problema del tráfico de drogas, estableciendo paralelismos entre la amenaza que representan estos criminales y las organizaciones terroristas bien conocidas. “Estos narcoterroristas han matado a más estadounidenses que Al Qaeda y reciben el mismo trato. Los rastreamos, los conectamos y luego los perseguimos”, comentó. Luego de los ataques, el personal militar estadounidense inició operaciones de búsqueda y rescate de sobrevivientes, y la Armada de México asumió la responsabilidad de coordinar los esfuerzos de recuperación.
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, confirmó en rueda de prensa que los ataques efectivamente tuvieron lugar en aguas internacionales y reconoció la misión de búsqueda y rescate en curso de la Armada de México, realizada a solicitud de la Guardia Costera de Estados Unidos. Sin embargo, los detalles sobre el destino del superviviente siguen sin estar claros.
Mientras tanto, el presidente Trump, actualmente en un viaje diplomático a Asia, ha indicado que informará al Congreso sobre los ataques, pero no busca una autorización formal de guerra. La semana pasada comentó: “Creo que vamos a matar a las personas que traen drogas a nuestro país”, enfatizando una postura dura contra los narcotraficantes.
Algunos líderes políticos también criticaron los ataques militares. El senador republicano Rand Paul de Kentucky calificó los ataques aéreos de “ejecuciones extrajudiciales” y expresó su preocupación por la falta de comunicación de la administración Trump al Congreso sobre la campaña militar. Paul enfatizó que al Congreso no se le dio ningún detalle sobre las huelgas.
A medida que la situación continúa evolucionando, las implicaciones de estas acciones militares plantean preguntas importantes sobre la política estadounidense para combatir el tráfico de drogas y consecuencias más amplias para las relaciones internacionales, particularmente con los países vecinos involucrados en el tráfico de drogas.












