Según informes, el ejército estadounidense mató a seis personas en un ataque nocturno a un barco en el Caribe sospechoso de estar implicado en el contrabando de drogas. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, anunció el 24 de octubre que la operación era el décimo buque atacado en una agresiva campaña contra la trata lanzada por la administración Trump. La operación llamó la atención por el uso de fuerza letal, lo que generó dudas sobre la legalidad y moralidad de tales acciones, particularmente entre los expertos legales que sostienen que confiscar barcos y sus tripulaciones es una respuesta más apropiada.
Según Hegseth, el barco objetivo se movía a lo largo de una ruta de tránsito de drogas reconocida y se sabía que transportaba narcóticos. Sin embargo, el Pentágono no ha proporcionado pruebas adicionales para fundamentar estas afirmaciones. En sus declaraciones, Hegseth se refirió a los que iban a bordo como “narcoterroristas masculinos”, dando a entender que estaban directamente involucrados en operaciones de drogas ilegales.
En una dura advertencia a los presuntos traficantes, Hegseth declaró: “Si usted es un narcoterrorista que contrabandea drogas en nuestro hemisferio… de día o de noche, mapearemos sus redes, rastrearemos a su gente, lo perseguiremos y lo mataremos”. El anuncio se hizo durante un evento en la Casa Blanca donde tanto el presidente Trump como Hegseth enfatizaron su compromiso de desmantelar los cárteles de la droga.
Las acciones militares provocaron al menos 43 muertes, según relatos militares, lo que generó preocupaciones bipartidistas en el Congreso de Estados Unidos sobre las implicaciones de tales ataques. Los legisladores, incluidos senadores republicanos, han expresado su consternación por el enfoque militar de la administración. En octubre se bloqueó una propuesta liderada por los demócratas para limitar los programas militares de Trump.
En respuesta a las crecientes tensiones, el presidente colombiano Gustavo Petro acusó a funcionarios estadounidenses de asesinato, en un incidente que supuestamente dejó un pescador muerto. El presidente Trump respondió a la condena de Petro amenazando con retener la ayuda a Colombia y considerar aranceles al país.
La administración Trump ha designado previamente a algunos cárteles de la droga como “organizaciones terroristas extranjeras”, lo que, según los funcionarios, proporciona una base legal para operaciones militares. A pesar de la creciente controversia, Hegseth insistió en que el gobierno tiene “todas las licencias necesarias” para llevar a cabo estas acciones sin la aprobación del Congreso.
En comentarios más amplios, Trump sugirió la posibilidad de ampliar los ataques militares más allá de los objetivos marítimos a operaciones terrestres contra el flujo de drogas de los cárteles venezolanos. La situación continúa evolucionando a medida que se intensifica el escrutinio de los métodos utilizados para combatir el tráfico de drogas en la región.















