El huracán Melissa tocó tierra en Cuba el miércoles temprano, causando estragos en Jamaica, que ahora ha sido designada zona de desastre por las autoridades locales. El Centro Nacional de Huracanes (NHC) clasificó la tormenta como un “huracán extremadamente peligroso”, diciendo que se había debilitado de categoría 5 a categoría 3 cuando azotó la costa sur de Cuba en la provincia de Santiago de Cuba. Al tocar tierra, la tormenta produjo vientos máximos sostenidos de 195 km/h (120 mph).

En previsión del impacto de la tormenta, las autoridades locales declararon un “estado de alerta” en seis provincias orientales, lo que provocó evacuaciones a lo largo de la costa. Unas 735.000 personas han sido desplazadas y los residentes buscan seguridad en zonas bajas. En Haití, las autoridades ordenaron el cierre de escuelas, negocios y oficinas gubernamentales como medida de precaución ante el huracán.

El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, anunció los preparativos en curso a través del Post X, enfatizando la gravedad de la situación y la resiliencia colectiva. “Fue una noche muy difícil para todos los #cubanos, pero siempre nos recuperaremos con la fe en la victoria que nos han inculcado Fidel y Raúl”, comentó, destacando los amplios esfuerzos para rescatar a quienes están en riesgo.

Antes de llegar a Cuba, el huracán Melissa causó estragos en Jamaica y tocó tierra como tormenta de categoría 5 el martes por la noche. Con vientos sostenidos que alcanzaron los 295 km/h (185 mph), fue el huracán más intenso que azotó la nación insular en la historia. En respuesta, el primer ministro de Jamaica, Andrew Holness, declaró toda la isla zona de desastre.

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Después de la tormenta, los funcionarios advirtieron a los residentes que permanecieran en casa debido a las continuas inundaciones y deslizamientos de tierra. Aún se está evaluando el alcance total de la devastación de Melissa en Jamaica, ya que muchas áreas se encuentran sin electricidad y los sistemas de comunicaciones han resultado significativamente dañados.

El ministro Desmond McKenzie señaló daños importantes en varios hospitales, en particular en St Elizabeth, y el distrito costero fue descrito como “bajo el agua”. Describió la devastación en la región como extensa, enfatizando su papel vital como granero de Jamaica, que fue duramente golpeada después de la tormenta. Cuando comenzaron los esfuerzos de recuperación, la magnitud del desafío que enfrentaban tanto Jamaica como Cuba era abrumadora.

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