A medida que aumentan las tensiones, el Ministro de Defensa de Pakistán, Khawaja Asif, ha insinuado la posibilidad de una guerra a gran escala con Afganistán mientras continúan las conversaciones de paz. Las conversaciones, que se celebran en Estambul, siguen a una serie de enfrentamientos fronterizos mortales que han dejado decenas de víctimas y a la implementación de un acuerdo de alto el fuego entre los dos países alcanzado la semana pasada.
Asif compartió sus ideas durante una reunión reciente con funcionarios afganos y enfatizó que el resultado de las conversaciones sería claro en los próximos días. “Si las cosas no se arreglan, habrá guerra”, advirtió sin rodeos. Destacó que si bien Pakistán prefiere la paz, tiene la opción de reanudar la acción militar si las conversaciones no arrojan resultados satisfactorios.
En sus comentarios, Asif acusó a la India de librar una guerra por poderes contra Pakistán desde territorio afgano, complicando las ya tensas relaciones entre Islamabad y Kabul. Sugirió que el fracaso de las conversaciones de paz conduciría a un aumento de las hostilidades y que ambas partes deberían llegar a un acuerdo para evitar más conflictos.
Los recientes enfrentamientos fronterizos estallaron después de que Pakistán pidiera a los talibanes que tomaran medidas enérgicas contra los grupos militantes a los que acusa de utilizar territorio afgano para realizar ataques. En respuesta a esto, Pakistán llevó a cabo ataques aéreos a lo largo de la frontera y se produjeron intensos tiroteos. La operación militar provocó importantes víctimas y provocó el cierre de importantes cruces fronterizos. Pakistán ha señalado a los talibanes por albergar a militantes que atacan a sus fuerzas, negando la afirmación de los talibanes de que tales operaciones militares violan la soberanía afgana.
El conflicto actual no sólo ha provocado la pérdida de vidas sino que también ha perturbado gravemente el comercio entre los dos países. El cierre de la frontera ha afectado particularmente el movimiento de productos agrícolas, especialmente frutas y verduras, lo que ha provocado un aumento dramático en los precios de los alimentos y desafíos económicos para los comerciantes en Jammu y Cachemira administrados por Pakistán. Los informes sugieren que los productos perecederos han sufrido importantes daños debido a la interrupción de los envíos, y han aumentado los precios de productos esenciales como tomates, cebollas, granadas, uvas y manzanas, que antes provenían de Kabul.
Los comerciantes han expresado su frustración por los riesgos de no poder vender productos frescos más rápidamente, destacando los efectos perjudiciales para los consumidores paquistaníes y los agricultores afganos. Los analistas de mercado advierten que las continuas perturbaciones en el comercio transfronterizo podrían exacerbar la inseguridad alimentaria en Pakistán, que ya se está tambaleando por el aumento de la inflación y la inestabilidad económica. A medida que continúan las negociaciones, el resultado es fundamental para la paz y la estabilidad económica en la región.













