En un acontecimiento significativo para la familia real británica, el Palacio de Buckingham ha anunciado oficialmente que el Príncipe Andrés será despojado de sus títulos reales, incluido el título de “Príncipe”, y tendrá que entregar el contrato de arrendamiento de la Logia Real en Windsor. El duque de York, de 65 años, ahora conocido como Andrew Mountbatten Windsor, se mudará a una propiedad privada en la finca Sandringham en Norfolk, lo que marca una nueva desviación de sus poderes anteriores en medio de la controversia en curso sobre sus vínculos con Jeffrey Epstein.

La decisión, iniciada por el rey Carlos III, se detalló en un comunicado del Palacio de Buckingham el 30 de octubre de 2025. Decía: “Su Majestad ha iniciado hoy un proceso formal para eliminar el estilo, los títulos y los honores del Príncipe Andrés. El Príncipe Andrés ahora será conocido como Andrew Mountbatten Windsor”. La declaración explica además: “Su contrato de arrendamiento del Royal Lodge le ha brindado, hasta la fecha, protección legal para continuar en su residencia. Ahora se ha entregado una notificación oficial para renunciar al contrato de arrendamiento y se mudará a un alojamiento privado alternativo. Estas refutaciones se consideran necesarias, aunque continúa negando las acusaciones en su contra”. El palacio también expresó su solidaridad con las víctimas de abusos: “Sus Majestades desean dejar claro que sus pensamientos y su más sentido pésame están y permanecen con todas las víctimas y supervivientes de todas y cada una de las formas de abuso”.

El traslado de Andrés a Sandringham se llevaría a cabo “tan pronto como fuera necesario”, y el Rey proporcionaría financiación privada para el nuevo alojamiento. Los informes sugieren que Andrés no se opuso a la decisión, que se tomó en consulta con la familia real en general y el gobierno. Su ex esposa, Sarah Ferguson, que vivía con él en el Royal Lodge, tuvo que arreglar su propia situación de vivienda, ya que no se incluían provisiones para ella.

Antecedentes del escándalo de Epstein y creciente presión

Las acciones surgieron del escrutinio prolongado de la amistad de Andrew con el fallecido financiero Jeffrey Epstein, quien fue condenado por delitos sexuales. Andrew ha negado sistemáticamente haber actuado mal, incluidas las acusaciones de Virginia Giuffre, quien, según ella, en sus memorias tuvo encuentros sexuales con él cuando era adolescente, un caso que se resolvió extrajudicialmente en 2022 sin admitir responsabilidad. Acontecimientos recientes, como la devolución de correos electrónicos de 2011 que muestran una relación continua con Epstein y una investigación parlamentaria sobre el gasto público que involucra a Andrew, han provocado llamados a una resolución.

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Andrew renunció a sus funciones públicas en 2019 después de una controvertida entrevista en la BBC y perderá sus títulos y ventajas militares en 2022 bajo la reina Isabel II. El 17 de octubre de 2025, renunció voluntariamente a su título de duque de York, interrumpiendo el trabajo de la familia real. La historiadora real Kelly Swaby describió el lenguaje del palacio como “muy brutal”, lo que refleja el sentimiento público, mientras que la ex corresponsal real de la BBC, Jenny Bond, sugirió que pudo haber influido en la decisión del príncipe William de encubrir los próximos compromisos reales. El historiador Andrew Lowney señaló: “Por fin se están adelantando a la historia, pero no es el final”.

Contexto histórico de Royal Lodge y Sandringham Estate

The Royal Lodge, una mansión de 30 habitaciones en Windsor Great Park, ha sido el hogar de Andrew desde 2003 bajo un contrato de arrendamiento de 75 años a un alquiler nominal obtenido en 2002 después de importantes costos de renovación. El contrato de arrendamiento, válido hasta 2078, brindaba protección legal, pero fue controvertido debido al alquiler impago durante más de 20 años y preguntas sobre la relación calidad-precio.

Por el contrario, Sandringham Estate, de 20.000 acres en Norfolk, ha sido un retiro real desde que la reina Victoria la compró en 1862 para el futuro Eduardo VII. Reconstruido en 1870, sirvió como residencia de invierno favorita de la reina Isabel II y ahora es el favorito del rey Carlos III. El rey Jorge V lo llamó una vez “el lugar que amo más que cualquier otro lugar del mundo”. La finca incluye Sandringham House, jardines, una granja orgánica y alrededor de 150 propiedades residenciales. Las especulaciones han señalado a Wood Farm, una modesta casa de campo de cinco habitaciones, como un posible nuevo hogar para Andrew, lo que representa una marcada rebaja.

Implicaciones para la familia real y la comprensión pública

Esta medida representa un paso decisivo del rey Carlos para abordar la preocupación pública y proteger la imagen de la monarquía. Andrés es el octavo en la línea de sucesión al trono, pero su papel público efectivamente ha terminado, limitado a eventos familiares privados. Sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia, mantuvieron sus títulos bajo patentes reales establecidas. Los críticos, incluido Graham Smith del grupo antimonárquico Republic, han pedido investigaciones más amplias: “No se trata sólo de la familia. No es una cuestión personal”.

El traslado a Sandringham pone de relieve los desafíos actuales, incluido el mantenimiento de los lazos familiares y la exclusión de eventos como la reunión anual de Navidad. Los expertos sugieren que la medida puede reducir, pero no abordar por completo, el impacto de los escándalos en la institución real.

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