El Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha anunciado un importante cambio de política que reclasifica ciertos créditos fiscales reembolsables como “beneficios públicos federales”. Se espera que el cambio impida que muchos contribuyentes inmigrantes reciban estos créditos, incluso si declaran y pagan impuestos y califican para ellos. Los expertos en impuestos advierten que los ajustes previstos se dirigirán principalmente a los inmigrantes traídos ilegalmente a Estados Unidos por sus padres, conocidos como beneficiarios de DACA, así como a aquellos con Estatus de Protección Temporal. Los trabajadores extranjeros, los titulares de visas de estudiantes y algunas familias con niños que sean ciudadanos estadounidenses también pueden verse afectados, según los detalles de la norma.

El anuncio destaca la estrategia más amplia de la administración Trump, que ha adoptado un enfoque de “todo el gobierno” para hacer cumplir la ley de inmigración. La administración pretende influir no sólo en Seguridad Nacional sino también en varios departamentos federales en la implementación de sus estrictas políticas de inmigración.

El Departamento del Tesoro ha indicado que está desarrollando nuevas reglas que afectan varios créditos tributarios sobre la renta individuales, incluido el Crédito Tributario por Ingreso del Trabajo, el Crédito Tributario Adicional por Hijos, el Crédito Tributario American Opportunity y el Crédito Tributario Savers Match. Al redefinir estos créditos fiscales como beneficios públicos federales, las nuevas reglas hacen que muchos inmigrantes con autorización de trabajo no sean elegibles para recibir estos beneficios.

Según el Tax Policy Center, los inmigrantes indocumentados—a pesar de pagar casi $100 mil millones en impuestos federales, estatales y locales en 2022—a menudo carecen de acceso a muchos de los beneficios fiscales disponibles para los ciudadanos estadounidenses. Por ejemplo, no califican para los beneficios de jubilación del Seguro Social ni para Medicare, aunque contribuyen significativamente a los impuestos sobre la nómina que financian esos programas.

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Los críticos denunciaron el cambio de política como un intento abierto de atacar a los inmigrantes en línea con la agenda más amplia de la administración Trump. Daniel Costa, director de investigación de políticas y leyes de inmigración del Instituto de Política Económica, describió la medida como “espantosa e injusta”. Negar créditos fiscales a los contribuyentes basándose en su estatus migratorio es un error, afirmó. También destacó los desafíos para determinar el estatus migratorio de las personas, sugiriendo que esto podría ampliar los esfuerzos de deportación de la administración.

El secretario del Tesoro, Scott Bessant, enfatizó que el departamento está enfocado en hacer cumplir las leyes existentes y evitar que los inmigrantes indocumentados reciban beneficios fiscales destinados a los ciudadanos estadounidenses. En apoyo de esta nueva norma, el Tesoro solicitó al Departamento de Justicia una revisión de la ley existente.

Carl Davis, director de investigación del Instituto de Impuestos y Política Económica, dijo que el impacto real sería en aquellos autorizados a trabajar y pagar impuestos, destacando la intención de la administración de complicar las vidas de los inmigrantes que cumplen con los impuestos. Brandon DeBot, director de políticas del Centro de Derecho Fiscal de la Universidad de Nueva York, criticó la revisión del Tesoro como una violación de disposiciones claras del código fiscal, insistiendo en que el Congreso necesita hacer cambios claros a la denegación de créditos fiscales a las familias inmigrantes.

Davis arrojó dudas sobre la probabilidad de que el Congreso apoye tales medidas, sugiriendo que esta falta de consenso es la razón por la que la administración está optando por una acción unilateral. Sugirió que el público estadounidense en general apoya a los beneficiarios de DACA y a los Dreamers y tal vez no quiera atacarlos a través de métodos indirectos.

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