Después de meses de rumores en torno al programa de fútbol de Carolina del Norte sobre su presencia, Jordan Hudson respondió a los críticos de una manera pequeña pero satisfactoria.

Al margen del Cannon Memorial Stadium durante la victoria del sábado por 20-15 sobre Stanford, Hudson usó un collar brillante que decía “Prohibido” en letra cursiva.

Fue un guiño audaz a los informes de principios de este año de que se le había prohibido la entrada a las instalaciones del equipo. El gesto no pasó desapercibido y la historia no se volvió viral hasta que terminó el partido.

Como era de esperarse, las redes sociales se iluminaron con reacciones que iban desde la diversión hasta los elogios.

Hudson, compañera del entrenador en jefe de los Tar Heels, Bill Belichick, parecía imperturbable, sonriendo y haciendo alarde abiertamente de su credencial de “Acceso total” y su brillante collar de “Prohibido” que acentuaba la controversia.

Después de una gira editorial ampliamente publicitada en abril, el periodista Pablo Torre informó que a Hudson se le había prohibido la entrada a las instalaciones de fútbol. La universidad negó la afirmación sugiriendo que “ya no se le permitía” entrar al edificio, aclarando que aunque no era una empleada de la universidad, no había ninguna prohibición.

La última actuación de Hudson pareció subrayar ese punto con estilo, presencia, confianza y gran parte de la imagen pública del programa.

Mientras tanto, los Tar Heels están silenciosamente de regreso en la contienda por el tazón con 4-5 en general y solo dos victorias desde la postemporada.

Si los Tar Heels pueden ganar en Wake Forest y contra su rival Duke, pueden asegurarse la elegibilidad para jugar a los bolos. UNC cierra su temporada el 29 de noviembre en NC State.

Por ahora, son las joyas de mensajes de Hudson, no el libro de jugadas, las que dominan la conversación. La palabra puede ser tabú, pero en el lado de Carolina del Norte, ella es todo lo contrario.

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