La esperanza se ha convertido en un concepto frágil para los fanáticos de los deportes de Chicago, especialmente porque ven una narrativa común de mediocridad entre las principales franquicias de la ciudad: los Bulls, Bears, Blackhawks, White Sox y Cubs. En los últimos años, estos equipos se han encontrado oscureciendo u obsesionándose con los obstáculos. Un marcado contraste con la gloria pasada de la ciudad, marcada por los seis campeonatos de Michael Jordan, profundiza la sensación de pérdida a medida que los equipos experimentan una disminución alarmante en 2024, incluida una tasa de pérdidas del 62,5%.

En este momento, los Chicago Blackhawks parecen estar en una trayectoria ascendente, mostrando un tipo de hockey atractivo. Sin embargo, persisten preocupaciones sobre la sostenibilidad de esta mejora. Los Bears han tenido sus propios reveses, una derrota decepcionante ante los Ravens después de una prometedora racha de cuatro victorias consecutivas, y su última victoria sobre los Bengals no se sintió como una victoria, lo que apunta a problemas más profundos.

Mientras tanto, los Medias Blancas parecen estar siguiendo los pasos de una temporada decepcionante, mientras que los Cachorros han logrado una modesta remontada, ganando una serie de playoffs por primera vez en ocho años. Sin embargo, el equipo con un rayo de esperanza son los Bulls. Con un comienzo estelar de 5-0 que reflejó su mejor momento bajo el reinado de Jordan, los Bulls cambiaron momentáneamente la narrativa de la desesperación al optimismo entre sus seguidores.

Sin embargo, el impulso de la temporada sufrió un revés al perder ante los Knicks 128-116. La derrota les trae precaución mientras se preparan para enfrentarse a equipos formidables como los 76ers, Bucks y Cavaliers en los próximos partidos. Proporciona una oportunidad para determinar si la pérdida de luchas repetidas que ha afectado a los Bulls en los últimos años es simplemente una anomalía o un síntoma.

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A pesar de la derrota, la actuación de Chicago contra los Knicks se sintió diferente a los patrones de temporadas anteriores. Los Knicks han estado lanzando excepcionalmente bien desde más allá del arco, con un 47,6%, lo que convierte a los Bulls en un desafío para mantener el control. La ausencia de jugadores clave como Kobi White y Ayo Dosunmu definitivamente afectó la capacidad del equipo para hacer frente.

En el lado positivo, Josh Gidde fue noticia con un triple-doble en su octavo juego con los Bulls, mostrando su inmenso potencial después de firmar un lucrativo contrato de cuatro años y 100 millones de dólares. Su juego excepcional lo ha convertido en el favorito para el premio al Jugador Más Mejorado de la NBA, un galardón compartido por su compatriota australiano, Dyson Daniels, la temporada pasada.

Mientras los fanáticos y analistas analizaban el prometedor comienzo de los Bulls, la contribución de Gidde fue crucial. Encarna el nuevo estilo de juego del equipo, centrado en el movimiento y el intercambio de balón que requiere trabajo en equipo y consistencia durante una temporada de 82 partidos. El entrenador Billy Donovan se mostró cautelosamente optimista y enfatizó la importancia del compromiso con el nuevo sistema, especialmente ante su exitoso comienzo.

La estrategia ofensiva actualizada de los Bulls los diferencia de años anteriores. Gidde destacó que el equipo no se basa en jugadas individuales, sino que se centra en el movimiento agresivo del balón y el trabajo en equipo. Esto permitió a los Bulls mantener un ritmo rápido (una parte clave de su estrategia) y mejorar su efectividad ofensiva incluso frente a las lesiones.

Los importantes avances en la plantilla han dado a los Bulls una identidad única. Gidde no sólo se ha convertido en una piedra angular de la franquicia, sino que jugadores como Nikola Vucevic y Matas Bujelis también se están convirtiendo en contribuyentes clave. La profundidad del equipo es un activo importante, ya que varios jugadores alcanzan regularmente cifras dobles en anotaciones.

A pesar de las perspectivas prometedoras, persisten desafíos, especialmente en el mantenimiento del desempeño defensivo. El éxito inicial de los Bulls se produjo con un porcentaje excepcional de tiros de tres puntos contra oponentes débiles, lo que podría no ser un reflejo de defensas sólidas.

Sin embargo, los Bulls se encuentran en una encrucijada crucial en su temporada, con el regreso de la trayectoria esperada de Kobi White y Gidde. La base del optimismo reside en el rendimiento de Gidde, en sus costuras en el marco del equipo y en la valiosa química que se ha desarrollado entre los jugadores.

Más allá de la temporada actual, el futuro de Gidde en Chicago tiene potencial tanto para el jugador como para el equipo, ya que sus habilidades en desarrollo pronto podrían ponerlo en el radar del Juego de Estrellas, lo que sugiere una asociación fructífera entre el joven australiano y la organización de los Bulls.

En resumen, el viaje de los Bulls para alimentar las esperanzas de sus fanáticos en medio de un contexto tumultuoso, atenuado por un optimismo cauteloso mientras navegan por las complejidades de su temporada, está firmemente en el corazón del renacimiento de Josh Gidde.

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