En una disputa legal histórica, la administración Trump ha hecho un llamamiento urgente a la Corte Suprema solicitando autoridad para despedir a la directora de la Oficina de Derechos de Autor de Estados Unidos, Shira Perlmutter. La medida se produce tras una decisión reciente de un tribunal federal de apelaciones, que concluyó que Perlmutter no puede ser destituida arbitrariamente de su cargo. El fallo del tribunal, dictado casi un mes antes, denegó una solicitud del pleno del Tribunal de Apelaciones de Estados Unidos para el Circuito del Distrito de Columbia de reconsiderar esa decisión.

Las circunstancias de este caso resaltan un debate más amplio sobre el poder del presidente para contratar y despedir funcionarios de agencias federales. Históricamente, la Corte Suprema ha permitido a la administración Trump cierta libertad para despedir funcionarios, a menudo en medio de disputas legales en curso. Sin embargo, la situación con la Oficina de Derechos de Autor presenta consideraciones especiales porque opera bajo los auspicios de la Biblioteca del Congreso.

El Procurador General D. John Sawyer, en representación de la administración, enfatizó que a pesar de la conexión de la oficina con el Congreso, el Registro de Derechos de Autor conserva una importante autoridad ejecutiva sobre la regulación de los derechos de autor. Este punto fundamental es clave para la justificación de la administración para la destitución.

Perlmutter alegó que el despido de May fue un resultado directo de su defensa ante el Congreso en asuntos relacionados con la inteligencia artificial. Inmediatamente recibió una notificación de la Casa Blanca informándole que renunciaba. Después de esto, un panel de apelación dividido falló a su favor, permitiéndole continuar con su papel mientras se desarrolla la disputa legal.

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En la decisión de apelación, la jueza Florence Pan destacó las posibles violaciones constitucionales de la interferencia del ejecutivo en los deberes de un funcionario legislativo, y la describió como una violación flagrante del principio de separación de poderes. Esta opinión recibió el apoyo de su colega, la jueza Michelle Childs, ambos designados por el presidente demócrata Joe Biden. En contraste, el juez Justin Walker, designado por Trump, no estuvo de acuerdo, argumentando que Perlmutter ejerce el poder ejecutivo en varias capacidades importantes.

Las credenciales de Perlmutter como experta reconocida en derecho de autor la han mantenido en la discordia. Se ha desempeñado como Registro de Derechos de Autor desde su nombramiento en octubre de 2020 por la entonces Bibliotecaria del Congreso Carla Hayden. El liderazgo de la Biblioteca del Congreso se ha enfrentado a su propia reestructuración: Trump nombró al fiscal general adjunto Todd Blanche para suceder a Hayden.

Los próximos debates en la Corte Suprema afectarán significativamente el equilibrio de poder entre los poderes ejecutivo y legislativo, particularmente en lo que respecta a la autonomía de las agencias que brindan supervisión y orientación críticas en áreas especializadas como la propiedad intelectual.

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