La economía canadiense se recuperó significativamente en el tercer trimestre, informó Statistics Canada, y el producto interno bruto (PIB) real creció a una tasa anualizada del 2,6 por ciento. La recuperación se produce después de una contracción revisada a la baja del 1,8 por ciento en el trimestre anterior y permite a Canadá evitar con éxito lo que algunos analistas caracterizan como una “recesión técnica”, marcada por dos trimestres consecutivos de caída del PIB.

Sin embargo, gran parte de este sorprendente crecimiento puede atribuirse a fluctuaciones en la dinámica comercial más que a una fuerte mejora de la actividad económica interna. La balanza comercial del país experimentó cambios significativos, y las importaciones experimentaron una disminución del 8,6 por ciento, la contracción trimestral más significativa desde el cuarto trimestre de 2022. Por el contrario, las exportaciones aumentaron un 0,7 por ciento, impulsadas en gran medida por aumentos en las exportaciones de petróleo crudo y betún. Esto llevó a una dramática caída del 25 por ciento en las exportaciones en el segundo trimestre.

Una balanza comercial positiva que refleja mayores exportaciones que importaciones contribuyó a la cifra de crecimiento del PIB. Los economistas Tony Stillow y Michael Davenport de Oxford Economics dicen que el repunte del PIB más fuerte de lo esperado no refleja un impulso matemático de las importaciones, sino que indica una fortaleza económica subyacente más fuerte. Expresan preocupación por el frágil estado de la economía canadiense y predicen desafíos en medio de la incertidumbre relacionada con los aranceles estadounidenses y un crecimiento demográfico más lento.

La inversión pública jugó un papel importante en el apoyo al crecimiento del PIB, creciendo un 12,2 por ciento anual, con un enfoque notable en la inversión militar. El gasto en sistemas de armas aumentó un 82 por ciento en el trimestre. Además, hubo un aumento anual del 6,7 por ciento en la inversión residencial, lo que refleja una recuperación potencial en el sector inmobiliario después de un período de estancamiento.

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Por otro lado, los indicadores clave de salud económica mostraron una falta de fortaleza. La inversión empresarial se mantuvo estable ya que las empresas dudaron a la hora de tomar decisiones importantes en medio de incertidumbres arancelarias y una revisión del Tratado de Libre Comercio Continental el próximo año. El gasto de los consumidores disminuyó ligeramente en el segundo trimestre impulsado por una reducción en las compras de vehículos debido a un aumento anterior en las ventas.

De cara al futuro, la mayoría de los expertos predicen una desaceleración del PIB en el cuarto trimestre. Catherine Judge, economista principal del Banco Imperial de Comercio de Canadá, destacó que es probable que el crecimiento se estanque incluso con posibles repuntes temporales. Señaló que las perspectivas en términos de demanda interna final no son alentadoras y hay pocos indicios de un repunte de las exportaciones debido al impacto de los aranceles. El juez también señaló que se espera que el Acuerdo Canadá-Estados Unidos-México (CUSMA) y el repunte de la confianza empresarial, que se espera mejore las tasas de crecimiento trimestral hasta 2026, logren avances significativos en retrospectiva.

Además, Statistics Canada advirtió que las cifras del PIB podrían estar sujetas a revisiones significativas debido a la falta de datos comerciales debido al reciente cierre del gobierno de EE. UU., lo que subraya la volatilidad y las incertidumbres que rodean la situación económica actual. Es probable que las próximas decisiones del banco central sobre las tasas de interés reflejen esta perspectiva cautelosa, con expectativas de mantener las tasas estables a la luz de señales económicas mixtas.

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