El presidente Donald Trump parece estar dando marcha atrás en su acuerdo de paz para poner fin a la guerra de Rusia en Ucrania después de la presión de los líderes europeos, en particular del primer ministro británico Keir Starmer.
Starmer llamó a Trump el sábado sobre un plan para obligar al país a ceder parte de su tierra, reducir a la mitad su ejército y celebrar elecciones en un plazo de 100 días.
Esto se produce después de que Trump le diera al presidente ucraniano Volodymyr Zelensky un plazo estricto hasta el próximo jueves para aceptar el acuerdo.
Después de una llamada con Starmer, quien llamó a Zelensky el sábado para expresarle su apoyo a Ucrania, Trump pareció más suave en lo que anteriormente había sido una línea roja.
Esta tarde dijo a los periodistas que su acuerdo de paz “no era mi oferta final”, y añadió: “Queremos la paz”. Debería haber ocurrido hace mucho tiempo.
‘La guerra de Ucrania con Rusia nunca debería ocurrir. Si yo fuera presidente, esto nunca habría sucedido. Estamos intentando ponerle fin. De una forma u otra tenemos que acabar con esto’, añadió.
Cuando se le preguntó qué pasaría con Zelensky, quien no aceptó el acuerdo, Trump dijo: “Entonces seguirá luchando con todo su corazón”.
Los países europeos han rechazado el plan de paz propuesto por Trump, pero en una declaración conjunta emitida después de la reunión del Grupo de los 20 del sábado, dijeron que creían que el plan acercaría el conflicto.
El presidente Donald Trump habló con los periodistas el sábado y pareció dar marcha atrás en su plazo anterior, más estricto, para que el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, aprobara su plan de paz propuesto.
Una declaración firmada por Alemania, Francia, Gran Bretaña, Japón y Canadá -y la Unión Europea- dijo que el plan de Trump “incluye elementos importantes necesarios para una paz justa y duradera”.
El presidente francés, Emmanuel Macron, dijo a los periodistas en el G20 que su problema no es con Estados Unidos ni con Trump, sino con Vladimir Putin, a quien acusó de negarse a aceptar un alto el fuego.
El plan de paz propuesto por Trump y el enviado especial Steve Wittkoff es controvertido entre los estados de la UE porque permitiría a Rusia mantener los territorios ocupados en Ucrania: Crimea, Donetsk y Luhansk.
Esto obligaría a Ucrania a ceder otros territorios en el este que actualmente no están ocupados por Rusia, principalmente partes de Donetsk.
El acuerdo congela las líneas del frente del conflicto en las provincias ucranianas de Kherson y Zaporizhia, lo que permite a Rusia controlar efectivamente la cercana Mariupol y tener una línea directa con la península de Crimea.












