Las empresas no podrán soportar la peor parte de nuevos aumentos de impuestos, advirtió el CBI, ya que el pesimismo crónico en las empresas bajo el gobierno laborista ha durado más que durante la pandemia.
La Confederación de la Industria Británica (CBI) dijo que la incertidumbre sobre el próximo presupuesto pesaría sobre la confianza y retrasarían las decisiones hasta que hubiera más claridad.
Reveló que las empresas esperan que la actividad empresarial se desacelere en los próximos tres meses.
Esa lectura de octubre significó que el sentimiento había sido negativo durante 13 meses consecutivos, extendiéndose al Presupuesto del año pasado, cuando la redada de £25 mil millones de la Canciller Rachel Reeves al Seguro Nacional de empleadores afectó a las empresas.
Sugiere que las políticas laboristas mantendrán a las empresas en la oscuridad durante más tiempo que durante Covid.
Ahora, los temores son aún peores, ya que la canciller busca tapar el agujero en las finanzas públicas con aún más aumentos de impuestos.
El economista adjunto del CBI, Alpesh Paleja, afirmó: ‘Las empresas se enfrentan a un invierno duro, con un impulso del sector privado débil y una confianza débil.
“La incertidumbre sobre el próximo presupuesto está pesando mucho sobre la confianza, y muchas empresas postergan decisiones clave hasta que haya más claridad”.
El CBI dijo que la incertidumbre sobre el presupuesto afectará la confianza. En la foto: Rachel Reeves sosteniendo un cuadro rojo mientras presenta el primer presupuesto del gobierno laborista para 2024.
Cifras exclusivas de Helm sobre el creciente número de fundadores de empresas “en escala” revelaron ansiedad por el presupuesto, con un 75 por ciento posponiendo las decisiones de contratación o inversión hasta después de la entrega.
El jefe de Helm, Andreas Adamides, dijo: “Estas cifras son una luz roja intermitente en el tablero económico del Reino Unido”.
La semana pasada, el director ejecutivo de Marks & Spencer, Stuart Machin, instó a la señora Reeves a “cambiar de rumbo” para escapar del “ciclo de fatalidad económica de impuestos cada vez más altos y menor crecimiento”.
Y Stuart Rose, director de M&S, advirtió que el Partido Laborista había llevado a Gran Bretaña al “borde de la crisis”.












