Los legisladores republicanos en Luisiana y los demócratas en Virginia están impulsando planes para facilitar la redistribución de distritos a mediados de la década, lo que refleja una tendencia nacional encaminada a aumentar la fuerza partidista antes de las elecciones legislativas del próximo año. En Luisiana, se aprobó una legislación para posponer las elecciones primarias del estado del 18 de abril al 16 de mayo, dando a los legisladores más tiempo para volver a trazar los distritos electorales, especialmente si la Corte Suprema anula los límites actuales. La medida legislativa es una respuesta estratégica a una decisión pendiente de la Corte Suprema sobre el mapa del Congreso de Luisiana, en la que se creó un controvertido segundo distrito mayoritario de conformidad con un fallo judicial anterior. El distrito derrotó a un escaño republicano que antes era confiablemente republicano.
Los defensores del mapa existente argumentan que proporciona una representación justa en un estado donde los residentes negros constituyen una parte importante de la población. Sin embargo, los críticos afirman que el segundo distrito de mayoría negra está mal trazado debido a la discriminación racial. Después de argumentos ante la Corte Suprema, la mayoría conservadora estuvo a favor de revocar los límites actuales del distrito, aunque el cronograma de gobierno sigue siendo incierto.
En Virginia, la Cámara de Representantes del estado aprobó una propuesta de enmienda constitucional destinada a permitir a las legislaturas eludir la comisión bipartidista de redistribución de distritos para rediseñar los distritos del Congreso en respuesta a iniciativas similares en otros estados. Actualmente, los demócratas tienen una ligera ventaja en la delegación de Virginia, y la posibilidad de un nuevo mapa podría ampliar su ventaja. Sin embargo, el camino de la enmienda hacia la votación es complicado y requiere la aprobación del Senado y una segunda votación en una futura sesión legislativa.
Los demócratas describieron la medida como una salvaguardia necesaria contra las maniobras republicanas impulsadas por el expresidente Donald Trump que han afectado los esfuerzos de redistribución de distritos en varios estados liderados por republicanos. Por el contrario, los republicanos ven la enmienda como una maniobra para obtener beneficios demócratas, y les preocupan las posibles implicaciones de la manipulación.
Mientras tanto, en Indiana, los líderes legislativos enfrentan retrasos en la programación de una sesión porque el gobernador republicano convocó una sesión especial sobre la redistribución de distritos. Las discusiones sobre el proceso y el calendario de la sesión especial aún están en curso, y la legislatura estatal tiene hasta 40 días para finalizarla.
En Maryland, el Senado decidió no llevar a cabo la redistribución de distritos en el Congreso a pesar del interés del gobernador demócrata y del líder de la Cámara de Representantes. El presidente del Senado, Bill Ferguson, expresó su preocupación de que la revisión del mapa del Congreso pondría en peligro los escaños demócratas existentes, especialmente considerando las impugnaciones legales pasadas a mapas del Congreso consideradas demasiado partidistas.
Los legisladores de Illinois también se han mostrado reacios a iniciar conversaciones sobre la redistribución de distritos a pesar de la presión de los líderes demócratas nacionales. Aunque el estado tiene actualmente un mapa de tendencia demócrata, algunos legisladores locales priorizan mantener una representación justa para los votantes negros, lo que complica las discusiones sobre una posible redistribución de distritos.
En general, los debates en estos estados ilustran intensas batallas partidistas sobre la redistribución de distritos del Congreso, lo que alimenta las estrategias políticas nacionales mientras todos los partidos se preparan para las próximas elecciones.












