Los perros, desde los perros callejeros hasta los caniches toy y los mastines, muestran una increíble variedad de formas, colores y tamaños, y 700 millones viven con o alrededor de humanos en todo el mundo. Estos leales compañeros sirven no sólo como queridas mascotas sino también como compañeros de trabajo y miembros integrales de la familia, formando un profundo vínculo histórico con los humanos. Estudios recientes examinan los orígenes de esta diversidad y la cronología de las interacciones entre humanos y caninos.
En dos estudios separados publicados en CienciaLos investigadores están empezando a desentrañar las complejidades de la historia del perro. Un estudio, dirigido por Alouven Evin de la Universidad de Montpellier, se centra en antiguos restos esqueléticos de perros, mientras que otro, dirigido por Shao-Ji Zhang del Instituto de Zoología de Kunming, examina el ADN de antiguos perros de Eurasia Oriental. En conjunto, estos hallazgos sugieren que la historia de los perros y su relación con los humanos es mucho más antigua y compleja de lo que se creía anteriormente.
El estudio de Evin analizó 643 cráneos de perros y lobos de los últimos 50.000 años para determinar los orígenes de la diversidad canina moderna. La investigación ha revelado que la forma distintiva del cráneo característica de los perros surgió durante la época del Holoceno, hace unos 11.000 años. Esta era marca el final de la última edad de hielo y vio una considerable diversidad física en los perros. Las investigaciones sugieren que la variedad de formas y tamaños de perros que vemos hoy no es sólo el resultado de la reciente cría selectiva; Parte de esta diversidad comenzó a desarrollarse hace miles de años.
Históricamente, todos los cráneos de perros y lobos conocidos del Pleistoceno tardío han exhibido características de lobo, lo que sugiere que aunque la divergencia entre lobos y perros ocurrió durante este período anterior, los cambios notables en la forma del cráneo de los perros solo comenzaron en el Holoceno. El estudio destaca la considerable diversidad de los primeros perros, sentando las bases para la amplia gama de razas que se ven hoy en día.
La investigación de Zhang complementa la de Evin mediante el uso de datos genéticos de 73 genomas de perros antiguos durante los últimos 10.000 años para rastrear los movimientos de las poblaciones de perros y humanos en el este de Eurasia. El estudio identificó varios cambios en el linaje del perro que correspondieron a la migración de diferentes grupos humanos como cazadores, agricultores y pastores. El movimiento de perros junto a estas culturas humanas sugiere que desempeñaron un papel clave en el intercambio cultural, actuando como “paquetes bioculturales” junto con los humanos en lugar de adquirir otros nuevos cada vez que las comunidades cambiaban.
Curiosamente, surgieron diferencias entre la ascendencia de la población humana y canina en algunas regiones. Por ejemplo, los cazadores-recolectores orientales de los humanos de Eurasia occidental estaban formados principalmente por perros orientales (árticos), que se diferenciaban de las razas occidentales que comprendían otras culturas de Eurasia occidental en ese momento. Esto sugiere que las interacciones entre humanos y perros fomentaron el comercio y el intercambio entre diferentes grupos culturales.
En conjunto, estos estudios proporcionan una comprensión de la relación de larga data entre perros y humanos, destacando cómo esta asociación ha evolucionado a lo largo de miles de años. La extensa diversidad genética y morfológica de los perros modernos se estableció antes de las prácticas de cría constructivas de los últimos siglos. Investigaciones futuras arrojarán más luz sobre la evolución física de los perros y su distribución histórica en todo el mundo, reafirmando el vínculo único y duradero entre los humanos y sus compañeros caninos.












