Al identificar sólo una obra literaria del siglo XIV, los investigadores han descubierto una importante interpretación errónea de la rápida propagación de la peste negra en Asia. Durante décadas, la historia de la peste a lo largo de la Ruta de la Seda y la destrucción de innumerables ciudades y pueblos se basó más en una mala interpretación de un cuento que rima que en un relato histórico confiable.

La obra en cuestión es una “makama”, una forma literaria árabe caracterizada por centrarse en el “vagabundo” errante. Compuesta por el poeta e historiador Ibn al-Wardi en Alepo en 1348/9, esta pieza ha sido posteriormente considerada erróneamente como un relato directo del viaje de la peste a través de los continentes.

En un análisis contemporáneo, la evidencia genética sugiere que la bacteria detrás de la Peste Negra se originó en Asia Central. Sin embargo, algunos estudiosos, influidos por el relato de Ibn al-Wardi, sostienen que la peste se extendió rápidamente desde Kirguistán hasta los mares Negro y Mediterráneo, culminando en una epidemia catastrófica que arrasó Eurasia occidental y África del Norte a finales de la década de 1340. Esta interpretación, a menudo denominada “teoría del transporte rápido”, se basa en gran medida en una lectura literal de la obra poética de Ibn al-Wardi.

Un estudio reciente ha cuestionado la realidad de esta rápida propagación, preguntándose si era posible que las bacterias viajaran más de 3.000 millas en tan solo unos pocos años para desencadenar una propagación tan amplia entre 1347 y 1350. En su maqam, Ibn al-Wardi dramatiza la plaga como una fatalidad. 15 años. La historia atraviesa regiones más allá de China a través de la India, Asia Central y Persia, para llegar finalmente al Mar Negro, el Mediterráneo, Egipto y el Levante. Debido a que el autor utilizó posteriormente partes de esta historia en sus relatos históricos, muchos lectores posteriores la confundieron con evidencia objetiva.

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La investigación dirigida por Muhammad Omar, candidato a doctorado en Estudios Árabes e Islámicos, y Nahyan Fancy, historiador de la medicina islámica de la Universidad de Exeter, sugiere que la confusión en torno al trabajo de Ibn al-Wardi comenzó en el siglo XV. En ese momento, los historiadores árabes y eventualmente los historiadores europeos comenzaron a interpretar su historia como una descripción literal del movimiento de la plaga.

El profesor Fancy afirma que “todas las formas de falsificar objetivamente el estallido de la peste conducen a este único texto”. Compara la situación con una telaraña, con el maqam de Ibn al-Wardi en desinformación sobre la trayectoria de la Peste Negra. La creencia generalizada en este movimiento transasiático de la plaga se basa en el singular Risala de Ibn al-Wardi, que carece de confirmación de otras historias o maqamas contemporáneas.

El estilo Makama ganó fuerza desde finales del siglo X y aumentó su popularidad en el siglo XII. En el siglo XIV, los escritores mamelucos del mundo islámico favorecieron especialmente este género, conservando muchos textos relacionados con la peste en bibliotecas de todo el mundo. Estas composiciones están pensadas para su interpretación o recital en una sola sesión.

Risala de Ibn al-Wardi es uno de al menos tres maqams con temas de peste escritos entre 1348 y 1349. El estudio alienta a los estudiosos a ver estos textos no como documentos históricos que revelan el camino de la enfermedad, sino como una reflexión sobre cómo las personas lidiaron con la inmensa pérdida y la agitación que los rodearon.

Este cambio de enfoque permite a los historiadores investigar epidemias anteriores, menos conocidas, que devastaron Damasco en 1258 y Kaifeng en 1232-33. Al hacerlo, los académicos pueden examinar cómo las comunidades recordaron estas crisis anteriores y cómo esos recuerdos moldearon la comprensión posterior de la Peste Negra.

El profesor Fancy explicó además la importancia de estos trabajos, ya que brindan información sobre cómo las personas adaptaron sus prácticas culinarias o artísticas durante la pandemia de Covid-19 y cómo la creatividad puede servir como mecanismo de afrontamiento en tiempos de crisis. Aunque estas maqamas no proporcionan información definitiva sobre el estallido de la peste negra, son invaluables para comprender cómo la gente de la época atravesó la crisis extrema.

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