En un duro enfrentamiento, los Houston Rockets sucumbieron ante los Utah Jazz por un marcador final de 133-125, marcando el segundo partido del equipo en una serie consecutiva esta temporada. Los analistas esperaban este resultado, especialmente después de la dominante victoria de los Rockets en el encuentro anterior. Sin embargo, esa noche resultó ser un desafío importante, principalmente debido a la ausencia de Steven Adams, quien se perdió su tercer juego de la temporada.
El impacto de Adams en los Rockets ha sido profundo y, sin él, el equipo ha tenido dificultades para mantener su ventaja física en los tableros. El veterano pívot ha sido una piedra angular de sus esfuerzos de defensa y rebotes, especialmente mientras navega por las últimas etapas de su carrera. Su ausencia ha puesto de relieve la excesiva dependencia del equipo en él, preocupándose por su capacidad para competir eficazmente cuando él no está en la cancha.
El Jazz mostró una marcada transformación con respecto a su encuentro anterior con los Rockets. Hicieron una actuación muy coordinada, disparando al 50% desde el campo y al 40% desde más allá del arco, anotando 68 puntos solo en la primera mitad. Esta eficiencia ofensiva contrasta marcadamente con los esfuerzos defensivos de los Rockets, que ocupaban el segundo lugar en la NBA antes de este juego. La ausencia de Adams afectó gravemente la capacidad de Houston para controlar los esfuerzos de tiro y rebotes del Jazz.
El entrenador en jefe Will Hardy aprovechó esta debilidad, aprovechando la ventaja de tamaño con jugadores como Lauri Markkanen, que jugó 37 minutos, y Kyle Filipowski, que contribuyó con 29 minutos. El veterano Kevin Love también jugó un papel importante, encargado de desafiar a Alperen Sengan en la pintura. Por el contrario, Clint Capela, que regresó a la franquicia para ayudar en situaciones de este tipo, disputó sólo nueve minutos y le costó causar un impacto significativo.
Las estadísticas cuentan la historia, con los Rockets reboteando 53 a 63, un resultado esperado dados los sólidos promedios de rebotes del Jazz. Sin embargo, el peor aspecto del juego fue la incapacidad de los Rockets para adaptarse defensivamente en ausencia de Adams. Le permitieron a Utah demasiadas oportunidades fáciles dentro de la pintura, lo que llevó a finales exitosos en la canasta. Además, los Rockets no lograron obtener rebotes ofensivos que podrían haberles proporcionado los puntos de segunda oportunidad que tanto necesitaban.
A medida que el equipo navega esta temporada, especialmente con el manejo continuo de la salud de Adams, necesitarán desarrollar estrategias para lidiar con su ausencia. Este juego es un recordatorio del papel fundamental que desempeña y los ajustes que los Rockets necesitarán hacer para competir contra oponentes formidables. A medida que avance la temporada regular, encontrar soluciones a estos desafíos será esencial para las posibilidades de Houston de llegar a los playoffs.













