En un reciente discurso nacional, el presidente venezolano Nicolás Maduro acusó al gobierno estadounidense de “fabricar” una guerra contra su administración. El USS Gerald R. Ford, un portaaviones con capacidad para 90 aviones y helicópteros, ha llegado a las costas de Venezuela. Maduro afirmó que la administración Trump estaba tratando de crear lo que llamó una “nueva guerra permanente” utilizando narrativas incendiarias destinadas a justificar la acción militar.

En su discurso del viernes por la noche, Maduro respondió directamente a las acusaciones del expresidente Trump, quien lo calificó de líder del grupo del crimen organizado Tren de Aragua, sin presentar pruebas sustanciales. “Están creando una narrativa extrema, una narrativa obscena, criminal y completamente falsa”, aseveró Maduro, defendiendo la reputación de Venezuela al afirmar que “Venezuela es un país que no produce hoja de cocaína”.

Las tensiones han aumentado en medio de las operaciones militares estadounidenses en curso frente a las costas de Venezuela, donde las fuerzas estadounidenses han destruido varios barcos sospechosos de transportar drogas a Estados Unidos. Al menos 43 personas murieron como resultado de estos enfrentamientos, lo que complicó las ya tensas relaciones entre los dos países.

Tren de Aragua, la organización criminal a la que se refirió Trump, se originó en una prisión venezolana y tiene más que ver con el sicariato, la extorsión y la trata de personas que con el narcotráfico. El caso aumenta la urgencia y gravedad de la situación en Venezuela, especialmente después de que Maduro enfrentó críticas generalizadas por las elecciones presidenciales del año pasado, que muchos observadores, incluidos los de Estados Unidos, calificaron de fraudulentas.

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En un acontecimiento relacionado, la vicepresidenta de Venezuela, Delsey Rodríguez, anunció que Maduro había iniciado procedimientos legales para revocar la ciudadanía y el pasaporte del destacado líder opositor Leopoldo López, exiliado en España desde 2020. Que estaba instigando una invasión. Rodríguez describió los llamados de López a una intervención militar como “grotescos” y “criminales”, insistiendo en que se le revoque la nacionalidad por su papel en la promoción de sanciones económicas y la incitación a la violencia contra Venezuela.

López respondió en las redes sociales, rechazando la revocación de su nacionalidad, diciendo: “Según la Constitución, a ningún venezolano nacido en Venezuela se le puede revocar su nacionalidad”. Reiteró su llamado a la intervención militar estadounidense, vinculándolo con un deseo más amplio de libertad entre los venezolanos. “Maduro quiere despojarme de mi nacionalidad por decir lo que todos los venezolanos pensamos y queremos: libertad”, dijo, insinuando la noción de que el régimen de Maduro ha socavado la democracia.

Las tensiones políticas continúan aumentando en Venezuela mientras el gobierno de Maduro enfrenta disidencia interna y presión externa, particularmente de Estados Unidos y sus aliados que exigen un cambio de liderazgo. Mientras la comunidad internacional observa de cerca, la dinámica entre los movimientos militares, la retórica política y la lucha por el poder en Venezuela parece estar llegando a una etapa crítica.

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