Al menos 132 personas han perdido la vida en una reciente operación policial contra bandas de narcotraficantes en Río de Janeiro, según un comunicado de la oficina del defensor público de la ciudad. El trágico incidente tuvo lugar durante una operación de estilo militar en la que participaron unos 2.500 agentes de policía y las autoridades locales lo describieron como sin precedentes.
La operación tuvo como objetivo principal el Comando Vermelho (Comando Rojo), una de las organizaciones criminales más poderosas que opera en la región. Los ataques se concentraron en los densamente poblados Complejo Penha y Complejo Alemao, barrios conocidos por sus altos índices de criminalidad y tráfico de drogas. Más tarde, se vio a los residentes llorando en las calles, con muchos cadáveres colocados a la vista del público.
El ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski, expresó su sorpresa por el incidente, mientras que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva compartió sentimientos similares respecto del elevado número de víctimas. El gobernador Claudio Castro enfatizó la importancia del operativo, calificándolo como el operativo policial más grande en la historia del estado.
Los relatos de testigos presenciales de los residentes han planteado serias preocupaciones sobre la naturaleza de la operación, y algunos alegan ejecuciones extrajudiciales. El activista local Raúl Santiago describió las muertes como ejecuciones, y la mayoría de las víctimas recibieron disparos en la nuca o en la espalda. Condenó la violencia, argumentando que no podía justificarse como método para garantizar la seguridad pública.
Además, el abogado Albino Pereira Neto señaló graves inconsistencias en las circunstancias que rodearon muchas de las muertes, incluido el descubrimiento de que algunos cuerpos habían sido atados y presentaban marcas de quemaduras, lo que generó dudas sobre los métodos utilizados durante la operación policial.
La situación en Río alcanzó lo que algunos llamaron una atmósfera “bélica”. Se han desplegado vehículos blindados, helicópteros y drones en las favelas, lo que ha provocado feroces intercambios de disparos mientras la policía se enfrenta a presuntos pandilleros. Presuntos pandilleros utilizaron autobuses como barricadas y desplegaron drones para atacar a las fuerzas policiales con explosivos.
A la luz de estos trágicos acontecimientos, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha expresado su profunda preocupación y ha pedido una rápida investigación de las acciones adoptadas por las fuerzas del orden. Luego de este devastador evento, una delegación del gobierno del presidente Lula visitará Río para una reunión de emergencia con funcionarios estatales para discutir la crisis que se está desarrollando y evaluar las implicaciones para la seguridad pública y las prácticas de aplicación de la ley en la región.











