Pakistán emitió el sábado una notificación restringiendo varias rutas de tráfico aéreo en su espacio aéreo central y sur para la próxima semana. La decisión se produce mientras India se prepara para el Ejercicio Trishul, un ejercicio militar de tres servicios programado para finales de octubre. El simulacro se llevará a cabo en Sir Creek en la región de Rann of Kutch en Gujarat, cerca de la frontera con Pakistán.

El ejercicio militar de 10 días generó importantes preocupaciones en Islamabad, lo que llevó a múltiples comandos y bases militares a entrar en estado de alerta. Los informes sugieren que Pakistán ha movilizado su fuerza aérea y su marina para estar preparados en respuesta a amenazas potenciales, aumentando las patrullas en el Mar Arábigo. Fuentes revelaron que el ejército paquistaní vive un estado de confusión y está alertado por posibles contingencias que podrían agravar la situación.

Las autoridades paquistaníes no han aclarado el motivo del cierre del espacio aéreo. Según analistas citados por India Today, la medida podría estar relacionada con un próximo ejercicio militar o posibles pruebas de armas por parte de India. En preparación para el ejercicio Trishul, India también publicó sus propias actualizaciones NOTAM sobre las operaciones del espacio aéreo del 30 de octubre al 10 de noviembre.

El analista de defensa Damian Simon compartió imágenes de satélite que muestran que el espacio aéreo designado para el Trishul se extiende hasta 28.000 pies. La ubicación y la escala de las operaciones planeadas han sido descritas como extraordinarias, enfatizando además que se trata de uno de los ejercicios militares conjuntos más importantes emprendidos por la India en los últimos años.

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Al mismo tiempo, Islamabad enfrenta una creciente preocupación por el deterioro de la situación de seguridad en la provincia noroccidental de Khyber Pakhtunkhwa, particularmente a la luz de su conflicto con Afganistán. Recientemente, un líder de Jamiat Ulema-e-Islam-Fazal (JUI-F) escapó por poco de un intento de asesinato después de la explosión de una bomba en una mezquita en el Bajo Waziristán del Sur. El incidente ha intensificado la preocupación de los residentes por la violencia que continúa en la zona.

Los líderes locales del JUI-F han sido atacados en el pasado, incluido el jefe de distrito Maulana Abdullah y el clérigo local hospitalizado Maulana Shehzada con heridas importantes. En un comunicado oficial, la JUI-F condenó el atentado como un acto de terrorismo cobarde y criticó la incapacidad del Estado para proteger a las figuras religiosas. El partido expresó su preocupación porque la creciente frecuencia de ataques contra académicos y clérigos indicaba graves lagunas de seguridad y pidió una mejor protección.

Los ciudadanos de la región describen un fuerte aumento de actividades militantes como secuestros, asesinatos selectivos y ataques a las fuerzas de seguridad durante el año pasado. Los dueños de negocios lamentan que las repetidas explosiones y disparos hayan dejado los mercados desiertos después del anochecer, afectando negativamente los medios de vida y generando pánico entre la gente.

Los informes sugieren que los grupos militantes, frustrados por la falta de acción decisiva del gobierno, están reafirmando su influencia en Waziristán. El último ataque subraya aún más la cada vez menor capacidad de Pakistán para contener la violencia extremista en sus distritos tribales que alguna vez estuvieron en reposo, lo que genera preocupaciones sobre la seguridad y la estabilidad en la región.

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