Durante un discurso reciente a bordo del portaaviones USS George Washington, el expresidente Donald Trump hizo varias afirmaciones controvertidas sobre el uso de agua e imanes en la tecnología militar. En declaraciones al personal de la Marina de los EE. UU. frente a las costas de Japón el 28 de octubre de 2025, Trump reiteró su afirmación de que el agua puede desactivar los imanes, una declaración que recibió un escrutinio considerable.

En su discurso, Trump abogó por volver a los sistemas hidráulicos tradicionales para ciertas funciones de los portaaviones, recomendando específicamente el uso de “vapor para catapultas” y “hidráulica para ascensores”. “Ya sabes, lo nuevo son los imanes”, señaló, sugiriendo que la dependencia de los imanes podría generar problemas. “Se toma un vasito de agua, se lo pone sobre los imanes, no sé qué pasa”, añadió, subrayando su escepticismo ante la tecnología magnética utilizada actualmente en los soportes modernos.

Trump dio más detalles sobre sus puntos de vista sobre los imanes al afirmar que se trataba de una conspiración de China para monopolizar el suministro de imanes al mundo. “Tomaron el monopolio de los imanes en el mundo y nadie los necesitaba hasta hace 20 años, cuando convencieron a todos para que dijeran ‘hagamos todos imanes'”. Sus comentarios reflejan una sospecha constante sobre la influencia de China y un deseo de recuperar tecnologías más antiguas en el equipo militar estadounidense.

Si bien las declaraciones de Trump sobre las capacidades de los imanes son científicamente inexactas (el magnetismo como propiedad no se ve afectado por el agua), sus comentarios han provocado un debate sobre la tecnología naval. Históricamente, los portaaviones han utilizado sistemas hidráulicos, conocidos por su rentabilidad. Sin embargo, los nuevos sistemas magnéticos de lanzamiento y recuperación están ganando terreno debido a su mayor precisión, velocidad y durabilidad a largo plazo.

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La ingeniería naval moderna se ha alejado de los sistemas hidráulicos, lo que indica un cambio hacia tecnologías avanzadas que mejoran la eficiencia operativa. A pesar de la elevada inversión inicial para los sistemas magnéticos, los expertos señalan que sus costes de mantenimiento y su resistencia los convierten en una prioridad para las operaciones navales contemporáneas.

Mientras Trump busca cambiar el enfoque de la Armada respecto del diseño de portaaviones, sus anuncios resaltan un debate más amplio sobre la dirección de la tecnología militar, el impacto de la influencia extranjera y el legado de la innovación tecnológica en las fuerzas armadas. Las implicaciones de tales discusiones repercuten en las comunidades políticas y militares cuando se considera el futuro de las capacidades navales estadounidenses.

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