El presidente Trump ha concedido indultos al expresidente de la Cámara de Representantes de Tennessee, Glenn Casada, y a su exjefe de gabinete, Cade Cothren, por corrupción pública. La decisión se produjo tras las críticas al Departamento de Justicia de la administración Biden, que la Casa Blanca calificó de cargos “significativamente sobreprocesados” por un asunto relativamente menor.
Casada fue sentenciado a tres años de prisión, mientras que Cothren fue sentenciado a dos años y medio. Sus condenas se derivan de acciones tomadas después de que fueron destituidos de puestos de liderazgo porque supuestamente estaban involucrados en un plan para asegurar a los legisladores el negocio de correo financiado por los contribuyentes. Las investigaciones y posteriores investigaciones sobre sus actividades han llamado la atención sobre el debate en curso sobre la integridad y la rendición de cuentas entre los funcionarios públicos.
Cothren fundó una empresa llamada Phoenix Solutions con el respaldo de Casada y su colega republicano Robin Smith, según los fiscales. El trío afirmó que la empresa estaba dirigida por un hombre llamado “Matthew Phoenix”, que luego se descubrió que era ficticio. Pudieron obtener alrededor de $52,000 del programa de correo estatal, que estaba destinado a uso legislativo.
Para complicar aún más el caso, un documento del IRS parecía tener una firma de “Matthew Phoenix”, que los fiscales revelaron que era la exnovia de Casada que interpretaba a la compañera de un hombre inexistente. La carrera política de Casada ya estaba sumida en la polémica; Renunció como presidente en 2019 después de que una serie de escándalos, incluida la divulgación de mensajes de texto aparentemente explícitos intercambiados con Cothren, condujeron a un voto de censura.
Cothren también enfrentó importantes consecuencias: renunció en medio de las consecuencias de mensajes de texto racistas y admitió haber consumido cocaína en un edificio legislativo en un trabajo anterior.
La decisión de Trump de indultar a los dos coincide con un patrón más amplio de indultos para aliados políticos y otras figuras de alto perfil implicadas en corrupción pública. Muchos de estos indultos se han dirigido a casos que el Departamento de Justicia alguna vez consideró legítimos, en medio de preocupaciones sobre la erosión de la responsabilidad en los cargos públicos. La Casa Blanca enfatizó que la naturaleza del caso contra Casada y Cothren era atípica, ya que las acciones tomadas por las autoridades consistieron en redadas armadas y una importante cobertura mediática generalmente reservada para casos de fraude de gran envergadura.
La última medida se produce tras otros indultos controvertidos de Trump, incluidos el exgobernador de Illinois Rod Blagojevich y el exgobernador de Connecticut John Rowland, quienes enfrentaron importantes cargos de corrupción. Además, Trump concedió indultos al exrepresentante Michael Grimm, famoso por su condena por fraude fiscal, y a las estrellas de reality shows Todd y Julie Chrisley, que fueron condenados por fraude bancario y evasión fiscal. Esta tendencia plantea interrogantes críticos sobre la aplicación de la justicia y la preservación de la integridad pública.












