Un terremoto de magnitud 3,7 en la escala de Richter sacudió Afganistán a las 6:09 am IST del 24 de octubre. El Centro Nacional de Sismología (NCS) informó que el epicentro se encontraba a 36,38 de latitud N y 71,14 km de longitud a una profundidad significativa de 80 km. Afortunadamente, no hubo daños importantes en las zonas afectadas.
El último temblor es el cuarto terremoto que azota la región en menos de un mes. La actividad sísmica anterior incluyó un terremoto de magnitud 4,3 el 21 de octubre y un terremoto de magnitud 5,5 el 17 de octubre. Con una magnitud de 3,7, los expertos señalan que este terremoto fue muy pequeño, especialmente teniendo en cuenta su profundidad de 80 kilómetros. En general, los terremotos profundos producen sacudidas superficiales menos intensas en comparación con sus homólogos poco profundos. Por ejemplo, el terremoto de magnitud 5,5 de principios de este mes se produjo a una profundidad de 43 kilómetros, lo que permitió que sus efectos se sintieran en una amplia zona.
Partes de Afganistán, Pakistán y la región que rodea el norte de la India son conocidas por la actividad sísmica debida a la colisión de las placas tectónicas india y euroasiática. La actual serie de temblores en Afganistán es un recordatorio de la inestabilidad geológica de la región, aunque los expertos advierten que pequeños terremotos como estos no proporcionan indicadores confiables para predecir eventos sísmicos importantes.
Mientras los residentes de las áreas afectadas evalúan la situación, los expertos continúan monitoreando de cerca la actividad sísmica, lo que subraya la importancia de la preparación en una de las regiones más propensas a los terremotos del mundo.















