Wells Fargo llegó a un acuerdo de 85 millones de dólares por acusaciones de que realizó entrevistas de trabajo “falsas” para cumplir objetivos de diversidad, como se detalla en una demanda presentada por SEB Investment Management. La demanda alega que la institución financiera interactuó con candidatos con el pretexto de ofrecer los puestos, a pesar de que ya se habían seleccionado otras personas para esos puestos. Si bien la empresa mantiene su inocencia, decidió llegar a un acuerdo para reducir la carga financiera asociada con los largos procedimientos legales.
Los informes sugieren que estas “entrevistas falsas” se llevaron a cabo entre febrero de 2021 y junio de 2022 específicamente para ciertos puestos bien remunerados. La controversia surgió después de que informes de los medios llamaran la atención sobre el tema, lo que llevó a los inversores a tomar medidas contra Wells Fargo. Los precios de las acciones del banco se desplomaron, cayendo un 10% y perdiendo casi 17 mil millones de dólares en valor de mercado.
Wells Fargo ha dicho constantemente que no tolerará la discriminación y que las reclamaciones formuladas en su contra no tienen fundamento. En sus comunicaciones, la empresa expresó su satisfacción por llegar a un acuerdo, que describió como un movimiento estratégico para eludir los costos del litigio en curso.
Las acusaciones salieron a la luz en mayo de 2022 cuando los medios de comunicación comenzaron a entrevistar a los empleados de Wells Fargo. El ex ejecutivo Joe Bruno reveló al New York Times que su equipo incurrió en una práctica problemática de entrevistar a candidatos “diversos” para puestos que ya habían sido asignados a otros. Bruno, de quien se decía que había expresado su preocupación por la práctica, finalmente fue despedido de su puesto en agosto de 2021, y el banco atribuyó su despido a conflictos con colegas.
En conversaciones posteriores con el Times, siete empleados confirmaron las acusaciones y muchos afirmaron que los superiores y el personal de recursos humanos les ordenaron que continuaran entrevistándose para roles que no eran efectivos. Otros testigos informaron que la práctica tenía como objetivo aumentar las métricas de diversidad de la organización para posibles auditorías, en lugar de centrarse principalmente en contratar mujeres u hombres.
A pesar de la acumulación de pruebas y testimonios, Wells Fargo insiste en que el acuerdo fue una decisión proactiva dada la posible pérdida financiera derivada de los constantes desafíos legales. La situación subraya las preocupaciones actuales sobre las prácticas corporativas relacionadas con los programas de diversidad y la integridad de los procesos de contratación en las grandes corporaciones.















