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En noviembre pasado, estuvo cerca del momento más importante de su carrera futbolística cuando Jayden Maiava intentó pasar a la banda con el hombro trasero y se produjo el desastre.

Su tercera apertura en la USC fue, con diferencia, la mejor. Mientras Notre Dame derribaba la defensa de la USC, el joven mariscal de campo mantuvo a flote a los Trojans, pasando para tres anotaciones y corriendo para dos más, que recuerdan al que le valió a Caleb Williams el Trofeo Heisman en 2022.

Pero en los últimos minutos hubo un saque lateral. El pase fue recogido por el irlandés y devuelto para intentarlo. Minutos más tarde, después de haber llevado una vez más a USC a la zona roja, Maiava lanzó su segundo pick-six rompedor.

Esas dos intercepciones, junto con otras cuatro en cuatro aperturas la temporada pasada, se quedaron con Maiava durante la primavera y el verano cuando el junior comenzó a estudiar video y convirtió en una prioridad limitar las pérdidas de balón y recuperarse de malas decisiones.

Y con Notre Dame nuevamente este fin de semana, esta vez con implicaciones en los playoffs de fútbol universitario para ambos equipos, el progreso desde su último encuentro ha sido palpable. En seis juegos, Maiava registró solo dos intercepciones, mientras que Pro Football Focus le dio solo cinco tiros valiosos en 172 intentos.

Esta mejora ha marcado una diferencia significativa en la eficiencia de pases de la USC, que ha sido la más explosiva en el fútbol universitario en lo que va de la temporada. Maiava tiene un promedio de 10,8 yardas por intento, lo que no sólo lidera a la nación este año, sino que también se ubica entre los mejores de los últimos cinco años.

Sin embargo, debe ser puesto a prueba por una defensa tan agresiva como Notre Dame. Si bien los irlandeses permitieron que sus oponentes acumularan muchos pases en la primera mitad de la temporada, también estuvieron entre los más oportunistas a la hora de anotar saques de balón. Sus 11 robos en seis partidos lo sitúan en segundo lugar del país.

Maiava sabe que no puede permitir que esta tendencia continúe si la USC espera vencer a su rival como visitante.

El mariscal de campo de la USC, Jayden Maiava, permanece en el bolsillo y busca opciones de pase contra Notre Dame la temporada pasada en el Coliseum.

(Gina Ferazzi/Los Ángeles Times)

“Lo pienso en términos de volver a la sala de cine, concentrarme en las conversaciones, confiar en hacia dónde necesito que me dirijan y seguir tomando buenas decisiones”, dijo Maiava.

En una competencia donde los márgenes suelen ser increíblemente estrechos, una mala decisión de Maiava podría marcar la diferencia entre el sábado y toda la temporada de la USC. El hecho de que el pronóstico indique lluvias sólo puede empeorar la situación.

Sin embargo, los resultados en lo que va de temporada sugieren que Maiava está a la altura del desafío.

“Creo que es más que nada una cuestión de experiencia”, dijo Riley. “Ahora juega el balón más que solo jugar y creo que entiende muy bien cuándo puede ser agresivo”.

Esto es lo que hay que ver cuando el autobús número 20 de la USC se dirija a South Bend, Indiana, para enfrentarse al número 13 de Notre Dame el sábado por la noche.

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