El Banco Central Europeo (BCE) decidió mantener su tasa de interés clave en el 2% por tercera reunión consecutiva, lo que indica un cambio hacia un patrón de retención mientras la inflación se mantiene bajo control. La decisión se produce a la luz de una perspectiva cada vez mejor para las empresas europeas, que están lidiando con las consecuencias de los aranceles estadounidenses más altos de lo esperado. Anteriormente, el BCE recortó la tasa del 4% para combatir la inflación de dos dígitos impulsada por la recuperación pospandemia y el aumento de los costos de la energía.
En una conferencia de prensa posterior a la reunión, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, reconoció un crecimiento modesto de la economía, al tiempo que destacó las incertidumbres afectadas por las actuales disputas comerciales globales y las tensiones geopolíticas. “La economía sigue creciendo a pesar de un entorno global desafiante”, señaló Lagarde. Hizo hincapié en que las futuras decisiones de política monetaria dependerán de los datos entrantes y destacó que el BCE está comprometido a garantizar un entorno financiero estable.
La reunión, celebrada en Florencia, Italia, es parte de la iniciativa del BCE para fortalecer su identidad como institución paneuropea. Encuestas recientes sugieren un ligero repunte en la actividad empresarial europea al comenzar el cuarto trimestre, a pesar de los desafíos planteados por un arancel del 15% sobre los productos europeos impuesto por Estados Unidos, que siguió a una tasa de crecimiento del 0,2% en el tercer trimestre (un 1,3% más que en el mismo trimestre del año anterior).
Las cifras de inflación de septiembre mostraron una tasa regulada del 2,2%, ligeramente por encima del objetivo del BCE del 2%. Los analistas no esperan más cambios de tipos hasta el próximo año. La estrategia actual contrasta marcadamente con la Reserva Federal de Estados Unidos, que recientemente ha recortado las tasas en un intento de impulsar el crecimiento en medio de niveles crecientes de inflación.
El crecimiento económico en la eurozona ha sido modesto, limitado por una serie de factores, incluido el aumento de los aranceles estadounidenses y el débil desempeño de las principales economías como Alemania e Italia. Alemania, que tiene una economía centrada en la manufactura y las exportaciones, informó un estancamiento en el tercer trimestre después de una ligera contracción en el segundo trimestre. Italia también registró un crecimiento nulo después de una ligera caída en el trimestre anterior.
Citando un informe del ex presidente del BCE, Mario Draghi, Lagarde señaló varios desafíos que enfrenta la competitividad económica europea más allá de la jurisdicción del BCE. El informe sugiere reformas radicales destinadas a reducir la burocracia e impulsar la inversión y la innovación, especialmente cuando Europa enfrenta una dura competencia de China.
A medida que el panorama evoluciona con la dinámica comercial actual y los problemas geopolíticos, Lagarde reiteró el compromiso del BCE de adaptarse según sea necesario, expresando un optimismo cauteloso pero reconociendo la necesidad constante de vigilancia en el seguimiento de las tendencias económicas.
 
            