En una medida histórica, el rey Carlos ha iniciado el proceso formal para despojar a su hermano, el príncipe Andrés, de sus títulos reales en medio de una controversia en curso en torno a la supuesta mala conducta de Andrés. A partir del 30 de octubre, el Príncipe Andrés ya no será llamado “Su Alteza Real” y en su lugar será conocido como Andrew Mountbatten Windsor.
Las fuentes revelaron que la princesa de Gales Kate Middleton jugó un papel clave en esta decisión. El experto real Ian Pelham Turner enfatizó su influencia como aliada clave tanto del rey Carlos como del príncipe William, diciendo que estaba decidida a proteger el futuro y la reputación de la familia real. Al comprender la delicada naturaleza de la reputación real, Kate se ha convertido en una parte integral de la crisis actual que involucra a Andrew, quien ha enfrentado acusaciones de conducta sexual inapropiada, que él continúa negando.
Los conocedores ven que el anuncio del palacio, que incluye una declaración que enfatiza la simpatía por las víctimas de abuso, tiene un toque claramente femenino, elaborado por Kate y la reina Camilla. Una fuente comentó que había un frente unido por parte de la realeza para abordar el “problema de Andrés”, lo que refleja la necesidad de abordar posibles distracciones que podrían dañar el futuro de la monarquía.
Los expertos de palacio describen la relación entre William y Kate como una asociación dinámica, en la que ambos participan activamente en decisiones clave detrás de las puertas del palacio. Creen que esta decisión fue impulsada por el conflicto de William con su familia, particularmente con Andrew. Las preocupaciones sobre el comportamiento pasado y la imagen pública de Andrés fueron perjudiciales para la estabilidad de la monarquía, lo que impulsó a tomar medidas decisivas.
La participación de Kate en los asuntos reales la ha transformado en una figura respetada y prominente en la familia, y sus habilidades de comunicación son especialmente elogiadas por los asistentes de palacio. Los observadores reales notaron su capacidad para promover la participación pública y la armonía familiar. La decisión de Andrew de eliminar los títulos se considera una clara indicación de su compromiso de garantizar un entorno seguro y popular para sus hijos y la monarquía.
La decisión se tomó con mucha reflexión, ya que tanto Charles como Camilla han expresado su apoyo constante a causas similares de defensa de las víctimas de violencia y abuso doméstico. Los observadores destacan que esta postura unida representa un enfoque progresista para la monarquía en tiempos difíciles.
El descontento surgió dentro de la familia real, particularmente a raíz de los supuestos celos de Andrew por la creciente influencia y la identificación de Kate en comparación con su papel anterior. Estos celos provocaron tensiones de larga data, particularmente con William, quien sentía que la posición de Kate era esencial para la imagen contemporánea de la familia real.
En los últimos meses, el príncipe Andrés ha enfrentado reacciones violentas de varios sectores, incluida una biografía no autorizada que detalla las interacciones dentro de la familia real, en particular cómo el comportamiento de Andrés fue visto como perjudicial para la imagen real.
Mientras el rey Carlos continúa manejando esta delicada situación, la participación tanto de Kate Middleton como de la reina Camilla refleja un cambio dinámico en la forma en que la monarquía enfrenta los desafíos y se posiciona para el futuro. La decisión de Andrés de redefinir su título no fue sólo una decisión personal, sino un paso importante en la configuración del legado real para las generaciones venideras.











