Mientras Estados Unidos navega por el complejo panorama de la seguridad nacional, está ganando impulso una nueva iniciativa destinada a revitalizar la política industrial de la nación para desarrollar capacidades de defensa. Reconociendo los paralelos históricos con la Segunda Guerra Mundial, cuando las fábricas estadounidenses se transformaron en centros de producción vitales para el esfuerzo bélico, el Atlantic Council lanzó la Comisión ReForge. Este esfuerzo estratégico busca modernizar y fortalecer la base industrial estadounidense al tiempo que aborda los desafíos que presenta la dinámica geopolítica contemporánea.
La urgencia de esta iniciativa se ha visto acentuada por los recientes acontecimientos globales, incluida la pandemia de COVID-19 y el conflicto en curso entre Rusia y Ucrania, que han expuesto las vulnerabilidades en el marco industrial estadounidense. Al mismo tiempo, la rápida expansión industrial de China ha generado preocupaciones sobre sus ambiciones militares, enfatizando la necesidad de una base económica fuerte y resiliente. La Comisión ReForge tiene como objetivo crear un plan integral que refleje una transición exitosa centrada en el doble propósito de apoyar la seguridad nacional y sostener el crecimiento económico en una era de “arsenales de democracia”.
Durante los próximos 18 meses, la Comisión llevará a cabo una evaluación exhaustiva del panorama industrial, abordando áreas clave como minerales clave, manufactura avanzada, sistemas energéticos, redes logísticas y el ecosistema de innovación más amplio. Esta prueba se centra en tres pilares fundamentales.
El primer pilar implica una evaluación realista de las apremiantes necesidades de seguridad de Estados Unidos, dadas las complejidades de la guerra moderna. La evaluación examina la evolución de la dinámica del conflicto, los requisitos de fuerza laboral y la necesidad de mantener la infraestructura crítica para la seguridad nacional. Establecer una comprensión compartida de la demanda es esencial para identificar barreras y establecer objetivos mensurables.
El segundo pilar se centra en transformar la demanda identificada en una estrategia industrial sostenible que pueda adoptarse de generación en generación. La estrategia no se basa en soluciones temporales o subsidios únicos, sino que enfatiza el desarrollo de cadenas de suministro ágiles basadas en software, el despliegue de capacidades de fabricación avanzadas y la integración de medidas de resiliencia en toda la economía.
El tercer pilar tiene como objetivo establecer incentivos a nivel básico diseñados para atraer activamente innovación, producción calificada y talento al sector de defensa. La Comisión reconoce que sin incentivos bien estructurados, la cooperación entre la industria y el gobierno fracasará. Las inversiones de capital en la fabricación de transición requieren una clara alineación de riesgo y recompensa, mientras que la expansión de la fuerza laboral depende de una motivación sostenida para participar en la producción relacionada con la defensa.
Un objetivo fundamental de la misión de la Comisión es crear una base de fabricación de defensa capaz de escalar y adaptarse rápidamente a las necesidades nacionales. Al hacerlo, la intención es disuadir a adversarios potenciales de perseguir conflictos prolongados con Estados Unidos, fortaleciendo así la seguridad de la nación.
El estímulo proviene de acciones recientes del Congreso y el Pentágono que están iniciando reformas significativas en las leyes y procesos de adquisiciones, allanando el camino para un entorno de defensa más ágil y competitivo. La Comisión espera dar forma a estas reformas mediante la creación de una estrategia industrial integral y un plan bilateral que vaya más allá de las adquisiciones para incluir la cooperación intersectorial.
La verdadera medida del éxito de la Comisión es su capacidad para proporcionar recomendaciones viables en lugar de producir otro informe teórico. La atención se centra en soluciones prácticas diseñadas para abordar los obstáculos del mundo real. Esta responsabilidad promete ser un desafío, lo que refleja lo mucho que está en juego en la remodelación del panorama industrial de defensa para satisfacer las necesidades de un entorno geopolítico que cambia rápidamente. Con un renovado sentido de propósito, la Comisión ReForge está preparada para tener un impacto significativo en el futuro de la seguridad nacional en los Estados Unidos.













