Los abogados de Illinois han iniciado acciones legales contra funcionarios federales, calificando de “inhumanas” las condiciones en un centro federal de inmigración en el área de Chicago. La demanda, presentada por abogados de la ACLU de Illinois y el Centro de Justicia MacArthur, acusa a los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de negar a los detenidos en las instalaciones de Broadview su derecho a conversaciones privadas con sus abogados. Además, la demanda sostiene que a legisladores, líderes religiosos y periodistas se les prohibió ingresar a las instalaciones, creando efectivamente un ambiente de “caja negra” que permitió a los funcionarios operar sin supervisión.

La denuncia describía que los reclusos eran obligados a firmar documentos que no entendían, lo que resultaba en una renuncia deliberada a sus derechos y un mayor riesgo de deportación. Alexa Van Brunt, directora de la oficina del Centro de Justicia MacArthur en Illinois y abogada principal en el caso, afirma que los miembros de la comunidad están siendo detenidos injustamente, privados de alimentos y atención médica y obligados a renunciar a sus derechos legales.

Al expresar su descontento con la situación, Van Brunt enfatizó que todos, independientemente de su estatus migratorio, tienen derecho a acceder a un abogado y no deben ser sometidos a condiciones inhumanas. Los abogados alegan que ICE, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. están violando el derecho de los detenidos a la Quinta Enmienda al debido proceso y el derecho de la Primera Enmienda a un abogado. Piden al tribunal que mejore las condiciones del centro.

Las preocupaciones sobre las instalaciones de Broadview han persistido durante meses, atrayendo la atención de diversas partes interesadas, incluidos miembros del Congreso, candidatos políticos y grupos de activistas. Familiares y representantes legales de los presos han descrito el centro como un centro de detención de facto donde pueden retenerse hasta 200 personas simultáneamente sin acceso adecuado a apoyo legal.

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En respuesta a las acusaciones, el DHS ha cuestionado anteriormente las afirmaciones sobre las condiciones en las instalaciones, diciendo que los detenidos reciben comidas adecuadas, tratamiento médico y comunicación con familiares y abogados. Las instalaciones de Broadview también han sido un punto focal de manifestaciones que han llevado al arresto de varios manifestantes. Una demanda separada surgió de una coalición de medios de comunicación y manifestantes que alegaban que agentes federales violaron sus derechos de la Primera Enmienda al usar gases lacrimógenos y otras tácticas agresivas durante estas protestas. Recientemente, la jueza de distrito estadounidense Sarah Ellis se puso del lado de la coalición y prohibió a los agentes federales en el área de Chicago usar tarjetas de identificación y utilizar ciertas medidas de control de disturbios contra manifestantes pacíficos y periodistas. Además, las órdenes anteriores de uso de cámaras corporales para los agentes se han reforzado debido a la preocupación de que no se cumplieran las órdenes iniciales.

Este desafío legal representa un esfuerzo significativo de los defensores para exigir responsabilidad y mejorar el tratamiento de las personas en las instalaciones de inmigración de Broadview.

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