Intercalado entre sus mandatos con los St. Louis Blues, los New York Rangers y Los Angeles Kings, el breve pero influyente tiempo de Nathan Lafayette con los Vancouver Canucks todavía resuena entre los fanáticos de hoy. Con un total de 58 partidos de temporada regular y playoffs con el uniforme de los Canucks, los recuerdos de Lafayette de los playoffs de 1994 son especialmente vívidos. Recordó la atmósfera eléctrica en el Pacific Coliseum, donde los fanáticos se vistieron de blanco y agitaron toallas para crear un telón de fondo inolvidable para su viaje a los playoffs.
Lafayette recuerda un momento clave contra los Toronto Maple Leafs en las finales de conferencia entre los momentos más destacados de su etapa. El gol de Felix Potvin en el Juego 5 fue significativo, pero fue el pase a Geoff Courtnall en el Juego 6 de la final de la Copa Stanley. El tiro de revés de Courtnall golpeó la barra detrás de la red de Mike Richter, lo que provocó una revisión del video para determinar que el disco efectivamente había cruzado la línea de gol, una jugada controvertida que podría haber cambiado el curso del juego y la serie.
Lafayette, que ahora tiene 52 años, regresó recientemente al Coliseo actualizado, donde $6 millones en renovaciones transformaron la arena. Con un nuevo tablero de video, hielo recién pintado y mejoras en la explanada, el lugar brilla con nostalgia de mediados de los 90. “Obviamente, tengo debilidad por este edificio”, dijo, entusiasmado por la animada atmósfera mientras el estadio se prepara para una emocionante noche de inauguración.
Lafayette recibió con agrado el regreso del hockey profesional al Coliseo, que ahora alberga a los Goldeneyes de la PWHL, como un paso muy esperado hacia el reconocimiento de la importancia del hockey femenino en Canadá. Dice que el fútbol femenino es una parte integral de la cultura canadiense que ha estado ausente en Vancouver durante años. “Creo que todo lo que está pasando aquí hoy es asombroso”, comentó.
Al hablar de la plantilla actual de los Canucks, Lafayette reconoció los desafíos de comparar equipos de diferentes épocas debido a la evolución del juego. Sin embargo, es un admirador de Quinn Hughes y afirma que la joven estrella representa la cima de la habilidad en la liga. “Honestamente, creo que Vancouver tiene ahora mismo al mejor jugador de la liga, Hughes”, afirmó Lafayette. Enfatizó la capacidad de Hughes para mejorar el desempeño de sus compañeros de equipo, a menudo realizando jugadas que los sorprendían recibiendo inesperadamente el disco en posiciones privilegiadas para anotar.
Lafayette reconoció la presión y citó los desafíos de gestión que enfrentaron Jim Rutherford y Patrick Alvin para retener a Hughes a largo plazo. “Es una máxima prioridad para los Canucks, pero también es una máxima prioridad para todos los demás equipos de la liga”, dijo, destacando la naturaleza competitiva de mantener a un jugador tan clave.
Lafayette ofreció una perspectiva realista al comparar la posible pérdida de Hughes con el intercambio de Wayne Gretzky de Edmonton, sugiriendo que si bien perder una estrella sería impactante, no significaría un desastre para la franquicia.
Tanto para los Canucks como para los Goldeneyes, Lafayette compartió dos consejos clave: disfrutar el tiempo jugando a un nivel tan alto, que sea fugaz y nunca dejar de aprender. Al reflexionar sobre su propia carrera, reconoce la importancia de prestar atención a los matices del juego que antes se pasaban por alto. “Las pequeñas cosas son más importantes de lo que pensaba”, dice, enfatizando que el éxito se basa en dominar lo básico a través de la diligencia y la atención al detalle.
A medida que ambos equipos avancen, las ideas de Lafayette resonarán no sólo entre los jugadores actuales sino también entre los fanáticos que apoyan a sus queridas franquicias deportivas.










