La Fuerza Aérea de Estados Unidos se está preparando para realizar un lanzamiento de prueba de un misil balístico intercontinental (ICBM) desarmado, el Minuteman III, desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg en California esta semana. Programado de 23:01 a 23:01 horas. Del martes a las 5:01 a.m. hora del Pacífico del miércoles, la prueba de rutina tiene como objetivo verificar la preparación y precisión del misil, que continúa dependiendo del sistema Minuteman III de 50 años en servicio en medio de problemas presupuestarios con su programa de reemplazo, el Programa de Reemplazo Sentinel, el Sentinel ICB.

Este próximo lanzamiento se produce varios meses después de la última prueba del Minuteman III en mayo, cuando el misil viajó con éxito más de 4.200 millas hasta su objetivo en las Islas Marshall. Estas pruebas son cruciales para evaluar el estado operativo de los misiles y normalmente se planifican con años de antelación. Sin embargo, actualmente la Fuerza Aérea solo los programa hasta 2030, y aún se está desarrollando un plan de pruebas operativas posteriores a 2030. Los retrasos en el programa Sentinel, que se espera que reemplace los 450 Minuteman III, han aumentado el costo estimado de 78 mil millones de dólares a más de 140 mil millones de dólares, complicando significativamente la situación. El Pentágono atribuyó los retrasos a una variedad de desafíos, incluido un calendario de entrega poco realista, problemas de ingeniería y errores organizativos.

Mientras Estados Unidos gestiona eficientemente sus envejecidas reservas de misiles balísticos intercontinentales hasta la década de 2050, el Minuteman III sigue siendo un componente clave de la tríada nuclear de la nación, junto con los misiles balísticos lanzados desde submarinos y los bombarderos nucleares como el B-2. Mientras tanto, este experimento se produce en el contexto de las controvertidas declaraciones del presidente Donald Trump sobre las pruebas nucleares estadounidenses. Sus recientes comentarios han generado confusión sobre si se refería a pruebas nucleares explosivas convencionales o a pruebas de sistemas vectores como el Minuteman III.

En una entrevista, Trump sugirió que sus planes alinearían a Estados Unidos con otros países que están probando sus capacidades nucleares, mencionando a Rusia y China. Sin embargo, el Secretario de Energía, Chris Wright, ha dejado claro que las discusiones actuales giran en torno a “pruebas de sistemas” y no a detonaciones nucleares reales. El lenguaje que rodea a estas posibles pruebas está plagado de ambigüedad, lo que refleja las complejidades de definir lo que constituye una prueba nuclear.

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Los expertos han planteado dudas sobre las implicaciones de los anuncios de Trump, particularmente sobre los estándares internacionales de pruebas. Mientras tanto Rusia como China están bajo escrutinio por violar el estándar de “rendimiento cero”, Corea del Norte llevó a cabo las últimas pruebas nucleares explosivas conocidas. El director de la CIA, John Ratcliffe, y el presidente del Comité de Inteligencia del Senado, el senador Tom Cotton, se hicieron eco de las preocupaciones de Trump sobre las actividades de Rusia y China, mientras que el vicealmirante Richard Correll señaló que esos países no han realizado ninguna prueba nuclear reciente.

En resumen, si bien la prueba del misil Minuteman III representa un proceso estándar para garantizar la capacidad del arsenal nuclear estadounidense, se lleva a cabo en medio de complejas conversaciones sobre capacidades nucleares y estándares de prueba en el escenario mundial, lo que plantea más preguntas sobre el futuro de la política nuclear estadounidense y su alineación con las normas internacionales.

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