Según información reciente de la Fuerza Espacial de Estados Unidos, el Pentágono está avanzando en sus capacidades contraespaciales con el desarrollo de dos armas avanzadas diseñadas para bloquear los satélites de inteligencia, vigilancia y vigilancia de Rusia y China. Llamados Meadowlands y Remote Sensing Terminals, estos nuevos sistemas están destinados a mejorar el arsenal del ejército estadounidense, que actualmente tiene un sistema menos móvil llamado “Counter Communications System” que tendrá un plato más grande operativo para 2020.

A medida que aumentan las tensiones, especialmente con la importante inversión de China en tecnología espacial, la introducción de estos bloqueadores llega en un momento crítico. Los funcionarios militares señalaron que China operaba 1.189 satélites hasta julio, incluidos más de 510 dedicados principalmente a vigilancia y reconocimiento, que llevaban sensores avanzados que pueden rastrear activos militares estadounidenses, como portaaviones y fuerzas expedicionarias.

El arma Meadowlands, desarrollada por L3Harris Technologies Inc., se encuentra en las etapas finales de entrenamiento. Después de experimentar varios retrasos debido a problemas técnicos, el sistema se encuentra actualmente en ejercicios con fuego real, ensayos de misión y desarrollo táctico para prepararse para el despliegue.

Se coloca una terminal modular remota, un segundo sistema de interferencia, en ubicaciones globales estratégicamente seleccionadas, aunque no se revelan sitios específicos para mantener la seguridad operativa. Northstar Inc. Y el sistema, creado por CACI International Inc., aún se encuentra en las primeras etapas de prueba, pero ya es capaz de utilizarse operativamente. El personal puede acceder a estas terminales de forma remota, lo que aumenta significativamente la flexibilidad de las operaciones militares.

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El Pentágono planea adquirir hasta 32 sistemas Meadowlands y 24 terminales modulares remotas para impulsar su postura de defensa contra amenazas emergentes. Los funcionarios aclararon que estas compras están enfocadas a contrarrestar los avances tecnológicos de países como China y Rusia. Este último está desarrollando una poderosa arma nuclear capaz de producir pulsos electromagnéticos a gran altitud, capaces de paralizar satélites e interrumpir redes de comunicaciones críticas.

A medida que se desarrollan estos acontecimientos, Estados Unidos sigue comprometido a fortalecer sus capacidades de defensa espacial, asegurando que esté preparado contra las crecientes amenazas globales en el dominio de la tecnología espacial en rápida evolución.

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